La teoría de la diversión: cómo un premio divertido cambia el comportamiento
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Es posible que en la crianza de tus hijos hayas caído alguna vez en la trampa tradicional del castigo. Es normal, los niños no nacen con instrucciones bajo el brazo y hay ocasiones en que si no sabes cómo reaccionar y junto con el enfado que tienes en ese momento, los castigos pueden ser el recurso más fácil.
Es por eso que queremos hablarte sobre por qué los premios son más eficaces que los castigos siempre y cuando se empleen correctamente. Esto es así gracias a la llamada “teoría de la diversión”.
Qué es la teoría de la diversión
La teoría de la diversión se entiende como la idea de que todas las personas (sin importar la edad), estamos más motivadas a realizar acciones que requieran esfuerzo, siempre y cuando haya algún tipo de incentivo o estímulo que nos resulte divertido o motivador para nosotros.
En este sentido, también podríamos tener en cuenta “la teoría de la motivación”, que es lo mismo, pero teniendo en cuenta en lugar de algo divertido, una motivación concreta. Aunque ambas teorías se pueden solapar en una misma. Es decir, el precio tiene un poder motivador tan grande que puede hacer que las personas se comporten de forma diferente al hecho de que no hubiese ese premio.
El castigo no funciona
Hasta no hace mucho, e incluso hoy en día, vivimos en un mundo en el que se cree que el castigo debe ser un elemento importante en la crianza o educación de los niños. Se restringen cosas para que la persona aprenda a controlarse por sí mismo. Pero en realidad, hay métodos educativos mucho más eficaces que eso.
Aunque es cierto que para poder vivir armónicamente en sociedad debemos renunciar a nuestro ego innato y aceptar al otro, con la teoría de la diversión se sabe que las personas pueden realizar acciones poco adecuadas siempre que eso sea divertido de algún modo. Además, siempre que haya un estímulo positivo se puede convertir en un aliciente para cumplir las normas establecidas en sociedad.
De dónde viene esta teoría
Esta teoría nació en 2009 en la compañía Volkswagen después de hacer un experimento que quería demostrar cómo el cambio social y personal es posible siempre que haya un incentivo para lograrlo.
La marca alemana lanzó su teoría para inspirar a que otros puedan llevar una vida plena, llegar al corazón de millones de personas y así consolidar su sello. Con sus experimentos sociales observaron cómo las personas reaccionaban. En cada uno de ellos se planteaban dilemas a los sujetos y tenían que escoger una de las dos opciones: ser cómodos o realizar un esfuerzo (el esfuerzo implicaba una experiencia divertida).
Los experimentos
El primero se llevó a cabo en un popular metro de Suecia, un lugar donde habían unas escaleras mecánicas y al lado unas convencionales. Querían conseguir que las personas que por allí pasasen utilizasen las escaleras convencionales y así hiciesen ejercicio de alguna manera.
Para conseguirlo, inventaron la escalera piano. Pintaron la escalera convencional como si fuera un piano y cada peldaño podía emitir un sonido como si de tocar el piano con los pies se tratase. El resultado fue revelador: aunque el 95% de las personas usaban las escaleras mecánicas de manera habitual para subir, con la escalera piano fue nada menos que el 66% quienes subían por la escalera motivadora, ¡y estaban muy contentos de hacerlo!
Esto demostraba, que la teoría de la diversión, es real.
Por otra parte, hubo un segundo experimento que se llevó a cabo para probar la teoría de la diversión y aún tuvo más éxito que el primero. Teniendo en cuenta que hay personas que tiran su basura al suelo, se hizo un experimento en Estocolmo.
Se pusieron contenedores de basura con un sensor que hacía que cada vez que una persona metía algo en el bote, se escuchaba un sonido de dibujos animados (como cuando se cae algo por un precipicio).
Esto fue tan divertido para las personas que no solo tiraban su basura, sino que además, buscaban basura cercana para depositarla en esos divertidos cubos de basura. En un día se duplicó la recolección de desechos y esas zonas, quedaron más limpias, demostrando que la teoría de la diversión funciona.
En este sentido, cuando quieras que tus hijos aprendan algo, no utilices el castigo, utiliza el premio de la diversión para aprender más rápido y además, ¡hacerlo con gusto! Solo necesitas una pizca de creatividad.
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