¿Conoces la técnica de la economía de fichas para modificar la conducta infantil?
La economía de fichas es una técnica mediante la cual se puede instaurar un nuevo hábito en el niño o reforzarlo
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Las técnicas de la terapia cognitivo-conductual son unas de las más usadas a la hora de reforzar las conductas positivas, establecer hábitos y minimizar o eliminar las conductas negativas. Una de las técnicas que se ha demostrado ser más efectiva en los niños es la economía de fichas. Es de muy simple aplicación y la podemos implantar en casa para fomentar aquellos hábitos que queremos que nuestros pequeños interioricen. ¿Vemos cómo podemos implantar la economía de fichas en casa?
¿Cómo establecer un programa de economía de fichas?
El programa de economía de fichas es una de las técnicas más utilizadas a la hora de fomentar y mantener aquellas actitudes que consideramos positivas o aquellos hábitos que deseamos instaurar en nuestros hijos. Por ello, lo primero y más destacable es que se trata de una técnica que se basa en el refuerzo positivo; es decir, se refuerzan aquellas conductas que consideramos apropiadas y deseables en nuestros hijos.
Para que este programa sea efectivo deben darse una serie de características, tanto a la hora de diseñarlo como de llevarlo a cabo:
1. Diseñar la tabla para el programa de economía de fichas
Para establecer la economía de fichas es esencial dibujar una tabla en la que se incluyan todas las rutinas o actitudes que deben llevar a cabo cada día. Esta será la primera columna de nuestro programa. Las demás columnas deben corresponder a cada día de la semana. Por último, iremos añadiendo una fila diferente para cada conducta o actividad que queremos que hagan nuestros hijos.
Para marcar las rutinas que se han realizado, vamos a usar caritas, stickers, estrellitas o cualquier elemento visual que podamos pegar a la tabla y que guste a nuestro hijo. Incluso, podemos dejar que sea él quien escoja la manera de marcar estas consecuciones.
Por último, debe haber una fila al final de la cuadrícula en la que se recuenten las fichas ganadas. Cada una de las filas corresponderá a una conducta o hábito y se debe sumar todas para saber cuántas fichas ha ganado el niño.
2. Las normas y las consecuencias deben estar claras
Antes de poner en práctica este programa es esencial que el niño conozca las normas o los límites que deberá cumplir para conseguir las fichas, así como las consecuencias de no llevarlo a cabo.
Podemos emplear esta técnica para fomentar una sola conducta, como, por ejemplo, dar los buenos días. Pero, también la puede utilizar cuando queremos encadenar una serie de hábitos como prepararse para ir a la cama: lavarse la cara, lavarse los dientes, ponerse el pijama, dar el beso de buenas noches y acostarse. En este segundo caso, deberemos decidir si cada acción corresponde a una ficha o bien si será todo el conjunto el que dará lugar a la ficha de premio. En cualquiera de los casos, las normas deben quedar claras desde el primer momento, algo que debe hacerse en un momento relajado y quizá como un juego.
Por último, también deberemos dejar claro al niño cuántas fichas se perderán en caso de no llevar a cabo las acciones especificadas y estas se restarán en el recuento final del día.
3. No se da una ficha si la conducta no se lleva a cabo completamente
Algo que debemos tener muy en cuenta para que este programa sea efectivo es que no podemos dar una ficha si no se ha llevado a cabo la rutina completamente si lo usamos como refuerzo de un hábito. Es decir, aunque el niño se cepille los dientes, si no se pone el pijama no conseguirá la ficha.
4. El refuerzo debe ser al momento del recuento de fichas
Cada noche, se debe llevar a cabo el recuento de las fichas y se debe dar al niño lo que se le ha prometido. No importa qué tipo de refuerzo positivo utilicemos, pero el niño debe tener su recompensa el mismo día.
5. Tipos de refuerzo positivo
Cuando hablamos del refuerzo positivo, hacemos referencia a los “premios” que van a obtener los niños. Primero, pueden ser refuerzos más materiales, como juguetes, dinero para comprar algo, etc. Esto es algo que cada familia deberá establecer. Sea como sea, estos refuerzos se deben ir cambiando a medida que el niño crece, pudiéndose sustituir por visitas al parque temático, horas de juego, visitas a casa de los amigos, etc.
6. Intermitencia en los refuerzos
Por último, es importante prestar atención a la frecuencia de los refuerzos positivos. Al primer momento, el refuerzo debe ser constante, es decir, se deberá poder recontar las fichas cada día y ofrecer “el premio”. Sin embargo, a medida que el niño haya interiorizado el hábito o la conducta, el refuerzo debe ser espaciarse en el tiempo: cada dos días, cada semana, cada mes, etc., hasta que lo haya interiorizado por completo.
7. Las normas se deben ir adecuando a su edad
El programa de economía de fichas es muy efectivo y se puede usar a lo largo del desarrollo del niño. Para ello, solo deberemos ir cambiando las rutinas y los hábitos una vez se hayan conseguido. Así, podemos pasar de “dar los buenos días” a hacer los deberes cada día, por ejemplo. Y así, sucesivamente, con todas aquellas conductas y hábitos que queramos instaurar en nuestros pequeños.
El programa de economía de fichas, si se diseña correctamente y se siguen las normas establecidas, es uno de los más eficaces a la hora de reforzar aquellas conductas que vemos deseables en los niños. Sin embargo, debemos recordar que se basa en el refuerzo positivo, por lo que debemos dejar de lado aquellas conductas que darían lugar a un “castigo”. Es una técnica que podemos emplear al mismo tiempo con otras que hayamos decidido emplear en la familia.
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