¿Cómo lograr que el niño se duerma en un minuto? La técnica 4-7-8
La técnica 4-7-8 es ideal para practicar en familia
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El insomnio también afecta a los niños. Se estima que entre el 15% y el 27% de los pequeños en edad escolar tienen dificultades para conciliar el sueño, una cifra que aumenta a entre el 20% y el 30% en los menores de 5 años. De hecho, el 53% de los niños de menos de 6 años han presentado interrupciones del sueño al menos en una ocasión, de ellos el 12,1% no ha aprendido a dormir solo. Afortunadamente, existen algunas estrategias para combatir el insomnio infantil, como la técnica 4-7-8.
¿Qué es la técnica 4-7-8?
La técnica 4-7-8, creada por el médico y profesor Andrew Weil de la Universidad de Arizona, es una versión más corta de la respiración diafragmática tradicional que tiene como objetivo lograr un estado de relajación de forma más rápida y efectiva. Para ello, se basa en una fórmula numérica que se ha empleado durante décadas para entrenar la respiración diafragmática y potenciar el estado de bienestar, la proporción matemática: 4-7-8.
Básicamente, se trata de un ejercicio que le enseña al niño a controlar su respiración, a la vez que mejora el flujo de oxígeno, estimula la capacidad pulmonar baja, distiende los músculos y relaja la mente. ¿Cómo lo hace? Muy simple: a medida que el pequeño aplica la técnica sus niveles de oxígeno se nivelan y el ritmo cardiaco desciende, lo cual provoca un estado de relajación físico y mental casi inmediato.
Otra de sus ventajas es que puede aplicarse en cualquier posición, por lo que también puede ser útil para los niños más intranquilos a los que les resulta complicado mantener una misma postura durante algún tiempo. Además, es muy fácil de aplicar, por lo que tras varias repeticiones el niño podrá implementarla sin necesidad de la orientación de un adulto.
La técnica 4-7-8 en tres pasos
1. Inhalar aire por la nariz durante 4 segundos
Pídele al niño que, con la boca cerrada, inhale aire por la nariz lentamente mientras cuenta 4 segundos. Al inicio puedes ayudarle contando en voz alta los 4 segundos para que el pequeño se concentre exclusivamente en su respiración, pero después de varios intentos debes dejar que sea el propio niño quien lleve la cuenta. Puedes sugerirle, aunque no es obligatorio, que coloque su lengua detrás de los dientes superiores, justo donde comienza el paladar.
2. Mantener el aire en los pulmones durante 7 segundos
Este es probablemente el paso más difícil de la técnica, sobre todo si el niño no tiene una gran capacidad pulmonar. En ese caso, puedes realizar el conteo de forma más rápida hasta que el pequeño vaya ganando habilidades con la técnica. Lo ideal es que después de varios intentos, el niño logre mantener el aire en los pulmones sin mostrarse exaltado.
3. Expulsar el aire por la boca durante 8 segundos
Transcurridos los 7 segundos, pídele al niño que expulse el aire por la boca durante 8 segundos. Si hace ruido al expulsarlo, mejor ya que así también libera las tensiones acumuladas. La clave consiste en hacerlo lentamente, de forma que el nivel de excitación del pequeño descienda y su cuerpo se relaje. Si al terminar aún no ha conseguido quedarse dormido, puedes pedirle que repita el ejercicio hasta 4 veces.
Otros 3 usos de la técnica 4-7-8
- Combate el miedo infantil. La técnica 4-7-8 es una herramienta eficaz para controlar el miedo infantil ya que contribuye a reducir el nivel de excitación, a la vez que disminuye el ritmo cardiaco y ayuda a pensar con más claridad. También es un buen ejercicio para que los niños aprendan a manejar sus emociones y ganen en autocontrol, lo cual puede serles útil para combatir una crisis de pánico.
- Ayuda a lidiar con las situaciones estresantes. A la mayoría de los niños les resulta muy difícil lidiar con las situaciones estresantes, como puede ser un examen o el primer día de colegio. Sin embargo, con la ayuda de la técnica 4-7-8 pueden aprender a enfrentar este tipo de eventos con más tranquilidad y menos tensión.
- Entrena la atención focalizada. Esta técnica también puede ser efectiva para ayudar a los peques con hiperactividad a concentrarse en sus actividades cotidianas. La clave radica en que mientras aplican el ejercicio, entrenan su capacidad para centrar la atención, a la vez que aprenden a eliminar las tensiones y distracciones que muchas veces son la causa de su distractibilidad.
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