¿Se puede superar la muerte de un hijo?
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En la mayoría de los casos, el vacío y el dolor son tan profundos que les quitan las ganas de vivir y los sumergen en un abismo del que no creen que sea posible salir. Sin embargo, aunque el tiempo no siempre cura todo, a medida que pasan los meses, el dolor se va mitigando y en su lugar se instaura una nostalgia que aparece sobre todo cuando sobreviene el recuerdo del niño. Es cierto que, aunque pasen los años, el dolor por la pérdida de un hijo siempre permanece, pero afortunadamente es algo con lo que los padres pueden aprender a vivir.
El proceso de duelo
Cuando muere un hijo los padres atraviesan por una etapa de duelo psicológico. Cada progenitor experimenta el duelo de una forma muy personal, lo que no significa que unos sientan más dolor que otros, sino que lo expresan de formas diferentes. A pesar de ello, durante ese tiempo todos pasan por una serie de etapas:
- Negación. Tras la muerte de un hijo es normal que los padres se nieguen a reconocerlo e incluso, a veces le preparen el desayuno y le arreglen la mochila para el colegio como solían hacer. Se trata de un mecanismo de defensa a través del cual niegan la pérdida ya que no son capaces de asumir su muerte. En esta etapa lloran con frecuencia y se siente muy tristes, pero aún no han concientizado la pérdida de su hijo.
- Culpabilidad. En esta etapa los padres empiezan a ser conscientes de la muerte de su hijo, pero se sienten profundamente culpables ya que piensan que podrían haberla evitado. Es normal que se sientan frustrados y enfadados consigo mismos, lo que hace que se muestren irritables, resentidos y que eviten el contacto con las personas más cercanas.
- Negociación. Una vez que los padres ya son conscientes de la muerte de su hijo y han atravesado la etapa de culpa, entran en un período irracional en el que pretenden revertir lo que ha sucedido. A veces se refugian en la religión, en la ciencia o el universo, pero en todos los casos la idea es siempre la misma: ofrecer algo a cambio para que les “devuelvan” a su hijo.
- Depresión. En esta etapa los padres comprenden que su hijo no regresará y empiezan a experimentar el dolor por la separación. Entonces, empiezan a desinteresarse por las cosas que les rodean y por el mundo en sentido general, a la vez que aparecen sentimientos profundos de tristeza y angustia. A veces se pueden sentir alegres ante una situación determinada pero inmediatamente se recriminan por ello y vuelven a caer en la depresión.
- Aceptación. En la última fase del duelo, los padres finalmente lograr retomar sus vidas cotidianas y encontrarle un sentido a las actividades que realizan. En este momento, al recuerdo del hijo perdido no le siguen sentimientos de tristeza sino de cariño y nostalgia. A partir de este momento, empiezan a aprender a vivir sin su hijo.
Cada etapa del duelo varía de un padre a otro, pero en sentido general, suele durar entre 6 meses y un año. A partir de este momento se empieza a considerar un duelo patológico.
3 claves para superar la muerte de un hijo
- Permite que las emociones fluyan. Cuando no expresamos lo que sentimos y lo reprimimos, terminamos haciéndonos mucho daño desde el punto de vista emocional. Más temprano que tarde esas emociones reprimidas saldrán a la luz, ya sea a través de una crisis nerviosa o de una enfermedad psicosomática. Por eso, es importante que expreses todo lo que estés sintiendo, el miedo, el dolor, la ira, así empezarás el camino hacia la recuperación.
- Tómate el tiempo que necesites. Sé paciente y toma todo el tiempo que necesites para recuperarte. Todos saben que la muerte de un ser querido no es algo que se supera de la noche a la mañana, así que de nada vale fingir que eres fuerte y que no te afecta tanto como a otros padres. Necesitas ser vulnerable, sentir el dolor y aceptarlo, y para eso, necesitas tiempo.
- Busca apoyo en quienes te rodean. Ante la pérdida de un hijo, muchos padres suelen alejarse de quienes los rodean, pero contar con una red de apoyo que te ayude a atravesar por esos momentos difíciles es muy importante para superar la muerte de un hijo y retomar tus actividades habituales. De seguro a tu alrededor hay muchas personas dispuestas a ayudarte, pero no saben cómo hacerlo, permíteles que se acerquen y diles qué necesitas.
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