Familia

La sonrisa de un hijo es la mejor vitamina para el alma de una madre

Sonreíd cada día y la vida os devolverá la sonrisa

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Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Si hay algo en las personas que cura todos los males, es la sonrisa. Una madre sabe lo importante que es que sus hijos sean felices, que sonrían, que jueguen y que estén sanos. Cuando un hijo está triste o no se siente bien, una madre lo pasa peor que el pequeño. Para una mujer, en el momento en que se convierte en madre, su vida deja de ser la protagonista, porque serán sus hijos quienes cambien su mundo radicalmente.

Donde hay felicidad hay salud

Si tus hijos crecen felices es más probable que contraigan menos enfermedades porque tendrán su sistema inmunológico más fuerte. La felicidad y las sonrisas son el mejor remedio ante cualquier mal y está más que comprobado que las personas que sonríen más (aunque se esfuercen por hacerlo alguna que otra vez), son más felices, enferman menos y tienen más éxito en la vida.

En este sentido, como padre o madre, es necesario que veles por la felicidad de tus hijos, por conseguir que sonrían cada día. Su sonrisa además de beneficiosa para ellos, te proporcionará una dosis de energía extra, ya que verles sonreír será para ti, la mejor medicina para tu salud emocional.

Tu felicidad también es importante

Pero si quieres que tus hijos crezcan con una sonrisa, entonces es necesario que también te centres en tu propia sonrisa, en que tu felicidad sea lo primero. Si tú no eres feliz y tus hijos te ven triste cada día, depresiva, que no quieres hacer nada, les hablas mal a causa de tu estrés o irritación… Entonces, tus hijos no podrán ser felices, es más, estarás obligándoles a vivir dentro de un calvario que no se merecen.

Por este motivo, si te levantas por las mañanas triste, sueles tener mal humor… Entonces es más que prioritario que busques la raíz del problema y solución a tu problema emocional. Solo cuando estés bien contigo misma podrás estar bien con los demás y dar a tus hijos el amor incondicional que necesitan de su madre.

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También es muy importante que busques tiempo para ti, para cuidarte y mimarte. Esto no significa que debas dejar las necesidades de tus hijos a un lado, ni mucho menos. Lo que quiere decir es que busques la forma de organizarte para sacar un ratito exclusivo para ti durante el día. Esto puede ser leer, hacer ejercicio (aunque sea en casa), hacerte la manicura, hablar con familiares y amigos, etc.

La clave: un ambiente armonioso

Además de todo lo comentado hasta ahora, también es importante que tengas en cuenta el ambiente del hogar donde están creciendo tus hijos. Los niños necesitan seguridad y estabilidad en sus vidas para que puedan crecer emocionalmente equilibrados. En este sentido, deberás pensar que el ambiente que ofreces a tus hijos es el adecuado para su buen crecimiento.

Tendrás que evitar que tu casa sea un hogar tóxico, priorizando el respeto mutuo, las buenas palabras y el amor incondicional de los unos por los otros. Tendrás que dejar a un lado los gritos, las malas palabras, el estrés, los nervios, los castigos desproporcionados… y cualquier cosa que pueda desestabilizar la buena armonía de tu hogar. Aunque a veces, es necesario que ocurran ciertos conflictos para después mejorar todos, estos conflictos (como cuando se regaña a los hijos por una mala conducta), deben estar basados en el respeto hacia tus hijos, teniendo en cuenta sus necesidades para crecer de una forma sana y equilibrada.

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