¿Qué es el “síndrome del niño rico”?
Dar todo a los hijos es convertirlos en personas tóxicas
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Todo padre quiere lo mejor para sus hijos. Sin embargo, hay quienes van un paso más allá y miman demasiado a sus pequeños, los colman de regalos que no saben valorar, no les ponen límites y les impiden asumir la responsabilidad por sus actos. Como resultado, los niños se convierten en pequeños tiranos, en jóvenes desadaptados que tienen una baja tolerancia a la frustración y muestran una conducta rebelde, un problema que se conoce como el “síndrome del niño rico”.
Este concepto comenzó a hacerse popular en la década de 1990, a raíz del análisis que la terapeuta Jessie O’Neill hizo en su libro “The Golden Ghetto: The Psychology of Affluence” sobre el estilo educativo y el comportamiento rebelde de los niños educados en familias ricas. Aunque se debe aclarar que al inicio a este problema se le llamaba affluenza, derivado de ‘affluente’, que significa pudiente, e ‘influenza’, que se refiere a la gripe.
Poco después, un pediatra y profesor de la Universidad de Harvard, Ralph Minear, también hizo referencia a este fenómeno en su libro, “El niño que tiene todo en exceso”, en el que ofrece una explicación detallada sobre este problema y comienza a usar el término ‘síndrome del niño rico’.
Sin embargo, no fue hasta hace unos años que este término se hizo realmente popular, a raíz del caso de Ethan Couch, un joven estadounidense educado en una familia rica que salió sin cargos en el juicio por provocar la muerte de cuatro personas mientras conducía ebrio, ya que la defensa utilizó el diagnóstico del síndrome del niño rico para exculparlo. No obstante, vale aclarar que la Asociación Americana de Psiquiatría no lo ha catalogado como un trastorno mental.
Los síntomas del síndrome del niño rico
Básicamente, este síndrome se refiere al exceso de autosuficiencia y la falta de responsabilidad, el resultado de consentir demasiado al niño. Por lo general, se trata de niños que desarrollan una baja tolerancia a la frustración porque siempre han tenido todo lo que han deseado y, por tanto, son incapaces de lidiar con sus caprichos insatisfechos.
En la mayoría de los casos, esos niños se convierten en jóvenes y adultos que se sienten superiores y creen tener más derechos que el resto, por lo que usualmente pasan por alto las necesidades ajenas. Evidentemente, este problema suele ser más común en los niños educados en familias ricas, aunque no se limita a ellos ya que también puede aparecer en pequeños de familias de clase media que han sido sobreprotegidos y mimados en exceso.
Consentir demasiado a los niños no es bueno
Los niños muy mimados que han sido educados con un exceso de permisividad y a los que nunca les han dejado asumir la responsabilidad por sus actos terminan sufriendo serios problemas a lo largo de su vida. Es probable que desarrollen una actitud perezosa, les cueste comprometerse con una meta o causa, sean más irresponsables y tengan una baja tolerancia a la frustración.
En muchos casos también tienen problemas para relacionarse de forma asertiva con los demás y les cuesta insertarse en los diferentes grupos sociales, por lo que su círculo de amistades es muy reducido. Además, suelen tener un bajo rendimiento académico y una visión de la vida muy limitada, que les impide planificar adecuadamente su futuro.
Estos niños suelen ser más propensos a tener una baja autoestima y en muchos casos terminan desarrollando problemas de conducta y adicciones al llegar a la adolescencia. De hecho, no es extraño que se conviertan en jóvenes rebeldes y muy caprichosos que disfrutan transgrediendo las normas y pisoteando los derechos de los demás.
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