El síndrome del niño hiperregalado
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No hace mucho presencié un cumpleaños donde un niño sólo quería más y más regalos y los que no le gustaban simplemente los despreciaba. Era una situación triste pero que lamentablemente se repite con demasiada frecuencia. Quizá pienses que la culpa es la educación que los padres le han dado y que los niños deben apreciar las cosas que les regalan porque no importa el regalo sino el detalle, y en parte estás en lo cierto. Pero más concretamente es algo característico de los niños hiperregalados, es decir, de esos niños que tienen mucho más de lo que realmente necesitan.
Qué es el síndrome del niño hiperregalado
Un niño hiperregalado es un niño al que colman de juguetes y regalos (en Navidad, su cumpleaños o cualquier otra fecha significativa) y por ello le falta la concentración para poder fijarse en todos y disfrutarlos. Y lo peor, carece de imaginación para jugar con los juguetes que otras personas le han regalado con todas sus buenas intenciones. Estas buenas intenciones caerán en un saco roto porque un niño hiperregalado no valorará el esfuerzo que ha hecho otra persona por hacerle un regalo, ni tampoco valorará el regalo.
Los niños esperan muchos regalos por culpa del consumismo que la sociedad nos intenta inculcar desde el momento en que nacemos. Un consumismo desmesurado que se debe frenar cuanto antes.
El sentimiento de culpabilidad de los padres
En ocasiones, los padres se sienten culpables porque la sociedad en la que vivimos no les permite pasar el tiempo que realmente quisieran con sus hijos y al no prestarles atención, intentan suplir esa carencia con regalos pensando que así serán más felices. Pero no es así. Los niños no necesitan regalos para ser más felices, ellos necesitan ser felices a largo plazo y para conseguirlo, necesitarán tiempo de calidad con sus padres, abuelos y hermanos.
Es habitual que algunos padres sientan cierto malestar en el estómago al descubrir este síndrome, al darse cuenta de que quizá sus hijos también sufren éste síndrome. Si esto te ocurre a ti, debes saber que siempre se está a tiempo de rectificar y hacer las cosas mejor para que los niños empiecen a apreciar lo que tienen y no lo que les falta.
Los juguetes no lo son todo
Los padres sólo quieren la felicidad de sus hijos, y ante tantos quehaceres diarios no se dan cuenta de que cambian su cariño por objetos. Les dicen a sus hijos que tienen que trabajar muchas horas para poder pagar las facturas, la casa y todos los juguetes caros que les hacen tan «felices» ante sus amigos del cole. Pero la realidad es que los niños lo que necesitan son menos juguetes y más tiempo con sus padres, pasar tiempo de calidad. Si puedes trabajar un poco menos aunque tu salario sea algo inferior, pero es suficiente pagar todas tus facturas y no gastar tanto en juguetes y sí en tiempo de calidad con tus hijos… notaréis todos la diferencia.
Consecuencias en el niño hiperregalado
Los niños hiperregalados serán niños que se convertirán en adultos materialistas que se dejarán llevar por el consumismo. Serán niños con baja tolerancia a la frustración porque siempre habrán tenido regalos y recompensas materiales sin habérselo ganado. No sabrán valorar lo que tienen porque no entenderán la teoría del esfuerzo. Juzgarán a las personas por el precio de las cosas que tienen… y no tendrán en cuenta que un regalo tiene más valor emocional y afectivo que económico.
No se contentarán con nada, nunca estarán satisfechos y sólo querrán más y más, teniendo un gran vacío emocional e interno imposible de llenar. Hay que dejar de enseñar a los niños que no pueden estar con su padre o su madre tanto como necesitan porque éstos tienen que ganar mucho dinero… pero que en su lugar pueden tener más bienes materiales. No. No necesitan eso. Necesitan la presencia de sus padres y momentos de felicidad a su lado. Quizá no se pueda tanto como quisiéramos, pero que al menos sientan que se intenta.
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