Educación

Cuando sin querer, se educan a pequeños salvajes

¿Tu hijo es un pequeño salvaje?

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Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Es probable que en la escuela de tu hijo/a haya algún niño o niña que cuando lo ves sabes que en su casa no tiene buena educación. No es que quieras juzgar a nadie pero sin quererlo lo notas. Notas cómo ese pobre niño o niña no está bien atendido emocionalmente (o está sobre atendido…) y tiene un comportamiento negativo hacia los demás, intentando imponer su voluntad de forma agresiva siempre que puede.

Siempre hay uno/a de estos niños en las escuelas o en cualquier lugar donde hayan más niños. La culpa (y sin querer buscar culpables), no es de ellos, ni mucho menos. Ellos solo son criaturas que llegaron a este mundo como un libro en blanco, pero que la crianza que están recibiendo, quizá no sea la que mejor esté funcionando… Ya sea por desconocimiento o por dejadez de los padres, nunca se sabe.

Cuando se educan a pequeños salvajes

Estos niños empiezan a crecer sin tener tolerancia a la frustración, no son capaces de soportar sentirse inferiores a otros y sobre todo, son muy envidiosos y competitivos. No quieren sentirse menos, porque ya se sienten demasiado pequeños cuando están en su casa. Normalmente piensan que no son nadie o por el contrario que son demasiado importantes, pero nadie les ha enseñado de empatía o de bienestar emocional. 

Cuando unos padres no se centran en la educación y en el bienestar emocional de sus hijos, puede provocar que aumenten los casos de bullying en las escuelas, ya que un niño que siempre está enfadado tenderá a descargar su rabia hacia los demás con ira y violencia, así, el sentimiento de control que no tiene en su hogar lo intentará conseguir por otros medios. Hay que recordar que un niño que se comporta mal es porque no está bien emocionalmente.

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Contrarrestar los sentimientos negativos

Tener sentimientos negativos es lo más habitual del mundo, tanto en niños como en adultos y no hay que reprimirlos. Pero no reprimirlos no significa que se deba permitir que estos sentimientos nos dominen, ni mucho menos. Es necesario que los padres trabajen en estos sentimientos para después, poder trabajarlos en sus hijos. Es importante educar en emociones, donde se pongan palabras a los sentimientos y que los pequeños entiendan por qué se comportan mal, cuál es el sentimiento que tienen y qué pueden hacer para sentirse mejor.

La prevención de ‘los pequeños salvajes’ está en el hogar. La familia tiene un papel prioritario en la prevención de que estos niños acaben teniendo problemas emocionales bastante severos y lo peor, que puedan hacer daño a otros. Los padres pueden saber que sus hijos deben mejorar en matemáticas o en inglés, pero, ¿qué pasa con la educación de la personalidad o la formación de su propio ser? Es incluso, hasta más importante.

Los problemas familiares

Como en muchas familias, pueden haber grandes o pequeños problemas que hagan que existan ciertos obstáculos para los padres a la hora de criar a sus hijos, como la falta de conciliación laboral y familiar (falta de tiempo de calidad para estar con los hijos), problemas de salud, etc. Son demasiados los niños que crecen delante de las pantallas porque sus padres no tienen tiempo para ellos (y mirando contenidos poco educativos).

Vivimos en una sociedad donde los padres sienten que deben competir con los demás y esto también se lo transmiten a sus hijos. ¿Qué pasa cuando un niño no puede ser el mejor en la escuela? Que quizá se plantee ser el más agresivo para que le teman. Pero los padres tienen la obligación de enseñarles que ser el mejor significa ser el que más se quiere a sí mismo y el que sabe respetar a los demás.

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