Ser una persona sensible en una familia que no lo comprende
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Nadie escoge la familia en la que nace y en ocasiones, cuando la familia es tóxica las consecuencias emocionales son demasiado graves. Tampoco se escoge la genética, ni el temperamento, ni la personalidad. Quizá seas una personas sensible rodeada de personas tóxicas que critican esa sensibilidad que tienes. ‘Llorón’, ‘Quejica’, ‘No seas tan sensible’, son algunas de las cosas con las que puedes haber convivido en tu infancia.
Las emociones
Una persona sensible entiende y siente las emociones de forma diferente a cómo lo sienten los demás, pero al nacer en un entorno poco emocional en este idioma del corazón, se siente una especie de abandono difícil de superar. Lo peor de todo, es que las personas más sensibles piensan que hay algo malo dentro de ellas. En realidad, la sensibilidad nunca es algo malo, puede ser incomprendido en este mundo vil y egoísta, pero debe ser potenciado. Este mundo necesita más personas emocionalmente sensibles.
Las personas sensibles son personas más empáticas, son capaces de conectar más y mejor con otras personas, con los animales, con la naturaleza… Aunque puede haber padres y familias que sí entiendan y atiendan a un niño altamente sensible, también hay familias que sin necesidad de ser tóxicas no lo comprenden, pero el comportamiento ante esta incomprensión las vuelve irremediablemente, tóxicas para el niño sensible.
Las consecuencias
Cuando una familia no es consciente de las necesidades emocionales de sus hijos e incluso castiga que puedan sentir de esta forma tan especial, tiene consecuencias. Se crearán heridas emocionales y profundas en el corazón del niño altamente sensible… estos niños sufren mucho en silencio. En silencio porque les da miedo mostrar cómo son realmente y ocultan, su maravillosa personalidad solo con el fin de protegerse.
Su entorno es demasiado agresivo para ellos y querrán refugiarse en su interior, lejos de las palabras y actitudes hirientes de la incomprensión de su alrededor. Una familia que no entiende sobre sensibilidades no entenderá que su hijo necesita una atención particular, que necesita que sus emociones se validen y se comprendan (como cualquier otra persona del mundo).
Este tipo de familia piensa que lo que le ocurre a su hijo puede perjudicarle en la vida y que ‘tanta sensibilidad’ debe ser trabajada para que su personalidad se vuelva más dura y fuerte. Piensan que no son están aptos para el mundo y que deben mejorar su personalidad.
Una persona sensible que no es aceptada tal y cómo es por su familia tendrá heridas profundas que pueden acabar en depresión, trastornos de ansiedad, aislamiento social, etc. Crecer feliz en el seno de una familia que nos comprende es fundamental para un buen desarrollo, en todos los sentidos.
Hay que educar en sensibilidad
Cuando alguien es sensible nace siendo así, no se hace. Del mismo modo, tampoco ‘se puede hacer’ que sea más duro ante el mundo. Hay que respetar esas emociones. En cambio, las personas que carecen de esta sensibilidad es necesario educarles desde una edad temprana en la empatía y la asertividad para que una vez que crezcan, se pueda tener una sociedad más cohesionada.
No se puede ‘castigar’ a una persona por ser más sensible que otras… el secreto está en validar sus emociones y sobre todo, en respetar su forma de ser. Ser sensible no es una debilidad, más bien es una gran virtud.
Si alguna vez te has encontrado en esta situación donde otros no han aceptado tu sensibilidad y crees que tu hijo es demasiado sensible para este mundo… es hora de cambiar el chip. Sentir el mundo de manera más sensible es maravilloso, es un don que no todo el mundo tiene la suerte de tener… Pero es necesario aprender a vivir para que las reacciones de otros no hagan daño. La libertad del sentir es fundamental y se deberá trabajar en autoestima y en el control emocional para poder manejarse mejor en el mundo hostil que nos rodea.
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