Secretos de disciplina para niños de entre 1 y 3 años
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Muchos padres piensan que los niños pequeños no necesitan disciplina, es decir, que hasta que no tienen entre 3 y 5 años no es necesario aplicar ningún tipo de disciplina… Pero esto está lejos de la realidad. Los niños desde el primer año necesitan disciplina positiva para aprender qué se espera de ellos, para que se sientan seguros y protegidos todo el tiempo, así como respetados y comprendidos por sus padres. Esto es aún más necesario cuando aún no tienen el lenguaje desarrollado y no saben expresar sus sentimientos y lo muestran con rabietas.
De esta manera y manteniendo una buena disciplina desde que los niños son pequeños, los padres se evitarán dolores de cabeza y problemas más graves de conducta en el futuro. En este sentido, si no sabes lidiar con la mala conducta de tu hijo pequeño, sigue leyendo porque este artículo te interesa.
Estrategias como el tiempo fuera o quitar privilegios no funcionan con los niños pequeños (no tienen la edad suficiente para vincular causa y efecto) por lo que es necesario saber cuáles son las estrategias más adecuadas para niños entre 1 y 3 años y que comiencen a entender qué es lo correcto y lo incorrecto. Los padres a menudo piensan en la disciplina solo en términos de castigo, pero el origen de la palabra es ‘enseñar’. Con niños de 1 año, la disciplina realmente debe ser más sobre socializar a los niños y enseñarles límites… Y las estrategias aunque te parezcan difíciles, son bastante simples.
La distracción es tu gran aliado
Cuando tu hijo pequeño esté explorando y probando límites, controla el impulso de gritar… porque tu tono de voz solo le molestará o le asustará. En lugar de eso, lo mejor es distraerles con otra actividad que les interese. Por ejemplo, si se está subiendo por el escalón de las escaleras, ponle de nuevo en el suelo y empieza a jugar con un juguete en otra parte del suelo.
Redirigir su atención no solo pone fin rápidamente a un comportamiento no deseado, sino que también le enseña con el tiempo que algunas cosas, como escalar en ciertos lugares o muebles, no están permitidas.
Sé consistente, ¡ahora y siempre!
Quizá pienses que ceder ‘una vez’ para que tu hijo deje de tener una rabieta es inofensivo… pero en realidad, ceder a las demandas de un niño con una rabieta solo hará que lance otro ataque (más fuerte) en el futuro para salirse con la suya.
Es muy importante establecer límites y seguirlos una y otra vez. Tanto tú como tu pareja debéis ir por el mismo camino educativo cuando se trata de las reglas en casa y la disciplina con los hijos. Si envías a tus hijos mensajes contradictorios sobre si puede hacer o no una cosa, le confundirás y le frustrarás.
La disciplina siempre POSITIVA
Si dices la palabra «¡No!» para tu hijo todo el tiempo, él puede comenzar a desconectar el significado real de esta palabra en su mente, o peor, comenzar a usarlo él mismo cuando no quiere hacer algo.
La palabra NO es mejor usarla únicamente en situaciones de peligro donde la seguridad no se puede discutir. Por ejemplo si tu hijo se acerca a la puerta del horno caliente, entonces debes decir un NO con una voz severa. Pero cuando el comportamiento no es peligroso, es mejor comunicarse con los niños de forma positiva como por ejemplo: ‘En el coche debes tener los zapatos puestos, en casa te los quitas si quieres’.
Muéstrale cómo se hace
Los niños pequeños aprenden más viendo que escuchando, por este motivo es necesario mostrarle cómo se hacen las cosas, una y otra vez porque tienen poca retentiva y necesitan que se lo repitas siempre que sea necesario. Si por ejemplo te resulta difícil hacer que cepille sus dientes antes de acostarse, hacedlo juntos como parte de la rutina nocturna. O si le cuesta acariciar suavemente a las mascotas, acaricia con tu hijo para que sepa cómo se hace suave.
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