Los ritmos de aprendizaje en el aula
Para equilibrar la enseñanza y el aprendizaje
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La educación tradicional poco a poco se está quedando obsoleta por culpa de la poca implicación activa por el aprendizaje que debían hacer los alumnos. En la educación tradicional los profesores sólo esperaban que con disciplina y rectitud, los alumnos aprendieran los conocimientos que ellos le inculcaban de una forma pasiva (escuchando, estando sentados y callados durante largas e interminables horas). Los niños que se salían de esta norma eran una molestia para el aula y en ocasiones eran sacados de ésta para que no distorsionara el ritmo normal de aprendizaje de los compañeros.
Muchos padres pensaban que si su hijo distorsionaba en la clase porque se aburría o porque no le parecía bien la forma de enseñanza, el problema era del niño porque no sabía guardar las formas ni respetar al maestro. Pero desde mi perspectiva, ese niño necesitaba un estilo de aprendizaje diferente que nadie tenía en cuenta… por lo que era el maestro quien no respetaba las necesidades educativas del alumno.
Adaptarse a los niños
El maestro de escuela en muchas ocasiones piensa que los niños deben adaptarse a él, a su forma de enseñar y que el pequeño debe obedecer en todo lo que se le diga. Esto no es así, el obedecer está fuera de cualquier enseñanza… los niños necesitan estar motivados para poder aprender y con obediencia no existe ningún tipo de motivación.
El maestro, que debe serlo por vocación, debe ser el que se adapte a las necesidades y características de su grupo / clase, teniendo en cuenta las necesidades personales e individuales de cada uno de ellos. Porque sólo conociendo a sus alumnos podrá saber qué tipo de enseñanza es la más adecuada en su clase. Y desde ya, puedo asegurar que una clase donde el maestro explica, los alumnos callan y el maestro manda deberes para después corregir… no es un modelo de enseñanza adecuado.
Los niños necesitan ser los protagonistas de sus aprendizajes
Los niños, desde el momento en que empiezan a explorar el entorno ya deben ser los protagonistas de su aprendizaje. Deben ser en todo momento agentes activos tanto en casa como en la escuela de lo que aprenden, porque de este modo podrán interactuar directamente con el aprendizaje y darse cuenta que la exploración, la curiosidad y la motivación son las mejores herramientas para descubrir y aprender cualquier cosa.
Respetar los diferentes ritmos y estilos de aprendizaje
Resulta imprescindible que tanto maestros como padres respeten el estilo y ritmo de aprendizaje de un niño o niña. Ningún niño es igual a otro y no se puede exigir lo mismo a todos. Las capacidades de los alumnos pueden ser muy diferentes entre sí y se debe tener en cuenta para respetarlo y que los niños no caigan injustamente en la frustración de sus posibilidades por haber sido tratados de forma inadecuada y sin haber sido respetados en cuanto a su ritmo de aprendizaje.
Los problemas se desarrollan cuando los maestros y los alumnos no coinciden en la manera de enseñar y en la forma de aprender. En este sentido, hay niños que piensan que hay mejores profesores que otros, pero esto radica en la capacidad del docente de poder dar más oportunidades a quién realmente lo necesita o en comprender y respetar las necesidades individuales.
En caso de que no se respeten las necesidades individuales y educativas de los niños y niñas tanto en casa como en la escuela, es probable que el niño además de sentirse invadido, sienta que no es capaz de conseguir las cosas, que es inferior al resto de compañeros y a causa de todo esto sientan gran frustración que les impedirá avanzar… y son cosas totalmente evitables respetando su estilo y ritmo de aprendizaje.
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