¿Cómo repercuten en tus hijos los errores en su educación?
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Educar a un hijo no es una tarea sencilla, requiere mucho tiempo y esfuerzo. Además, no existen recetas que garanticen el éxito, por lo que cada padre deberá innovar echando mano a su instinto y la experiencia de otros progenitores. Por eso, es normal que en ocasiones cometan algunos errores en la educación de sus hijos, aunque no sean intencionales.
En la mayoría de los casos esos errores no tienen una gran repercusión en los niños y se pueden superar sin grandes dificultades. Sin embargo, hay otros errores que pueden afectar el desarrollo de los pequeños, convirtiéndolos en personas inseguras, temerosas o resentidas.
¿Cómo estos siete errores en la educación pueden influir en tu hijo?
- Poner en práctica una educación permisiva. Uno de los errores más comunes que cometen los padres en la educación de sus hijos consiste en no establecer límites y reglas claras. La ausencia de normas en el hogar suele dar paso a niños inseguros y tímidos que temen relacionarse con los demás y tomar sus propias decisiones porque nunca tienen claro cómo deben comportarse en cada situación. Un estilo de crianza permisivo también puede estimular la aparición de conductas rebeldes, violentas y egocéntricas como resultado de la frustración y el exceso de libertad.
- Tomar las decisiones por los niños. Este es otro de los errores más frecuentes en la educación infantil, y uno de los más peligrosos porque los niños que no tienen la oportunidad de aprender a hacer las cosas por sí solos suelen convertirse en pequeños dependientes con dificultades para tomar decisiones. A la larga, es probable que se conviertan en personas tímidas e inseguras que no se atreven a experimentar y a proponerse metas nuevas porque no se sienten preparados para ello.
- Comparar a los niños con los demás. A veces los padres comparan a los niños con sus hermanos o amigos del colegio para motivarlos a superarse. Sin embargo, las comparaciones nunca son buenas y pueden generar una gran inseguridad y una baja autoestima en los pequeños. Se trata de un error que siembra los celos en los niños y que les genera una gran sensación de incapacidad por no ser lo suficientemente buenos como sus primos, amigos, hermanos o compañeros de colegio.
- Utilizar la violencia. Las amenazas, los gritos, bofetones o incluso los golpes no son una alternativa válida para educar a los niños. La violencia siempre engendra violencia y, cuando se utiliza para enseñar a los pequeños no solo le afecta físicamente sino que les convierten en niños rebeldes y agresivos que crecen con miedo a sus padres y que a menudo se muestran inseguros.
- Comunicarse poco con los niños. Los pequeños necesitan que sus padres les presten atención y pasen tiempo con ellos a diario. No hacerlo podría generar una falta de confianza en los pequeños y dar pie a un distanciamiento emocional. En la mayoría de los casos la falta de comunicación también es la responsable de que los niños tengan rabietas y se comporten de forma egocéntrica, ya que estas se convierten en su estrategia para reclamar la atención de los padres.
- Resolver siempre sus problemas. Muchos padres tienen la costumbre de resolver todos los problemas de sus hijos porque piensan que así les facilitan la vida. Sin embargo, aunque en la mayoría de los casos esta es la opción más sencilla para todos, al final hará que los niños se conviertan en pequeños irresponsables que no saben gestionar su propia vida.
- Elogiar en exceso. El elogio es una herramienta muy útil para estimular la autoestima de los niños y motivarlos a superarse. No obstante, cuando se utiliza en exceso puede convertir a los pequeños en personas egocéntricas y narcisistas que se creen con derecho a avasallar a los demás e imponer sus necesidades y deseos.
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