Si quieres que tu hijo mejore las notas, no hagas los deberes con él y deja de gritarle
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¿Cómo es posible que tu hijo esté sacando malas notas si te pasas todas las tardes a su lado haciendo los deberes? Quizá empleáis mucho tiempo y esfuerzo al estudio y a los deberes de tu hijo y por eso no te explicas por qué saca tan malas notas, ¿tendrá déficit atencional? No, quizá lo único que tiene es un bloqueo emocional. Si cuando haces los deberes con tu hijo te pones nervioso y encima le gritas, ahí tienes el problema principal… y su intelecto nada tiene que ver.
No hagas los deberes con tu hijo
Si haces los deberes al lado de tu hijo todo el tiempo, le estás robando autonomía y le estás regalando una dependencia tóxica que le transmite que no es capaz de hacerlo solo. Si quieres ayudarle está bien, pero únicamente cuando te lo pida… No estés a su lado para ver todo lo que hace o lo que escribe. Cuando acabe de hacer sus deberes, por supuesto que puedes repasarlos y si tiene algo mal explicárselo para que lo haga de nuevo una vez que lo entienda… Pero no estés como un halcón a su lado para ver si lo hace mal o no.
Ni mucho menos te pongas a su lado para hacerle los deberes porque consideras que es demasiado lento. Los niños deben aprender a ser independientes y a hacer las cosas por su cuenta. También debe aprender a pedir ayuda cuando la necesita… Si no le permites hacer esto, y te pasas todo el tiempo a su lado para vigilar lo que hace o no hace en cuanto a los deberes, ten por seguro que tu hijo bajará el rendimiento escolar y también las notas. Esto ocurre por la dependencia y por la inseguridad que tendrá en sus propias capacidades.
Si realmente quieres que tu hijo mejore en la escuela, no hagas los deberes por él ni tampoco los hagas con él. El resultado es el mismo que si pasases de tu hijo todo el tiempo y no le ayudases en sus necesidades… Con esto sentiría abandono emocional e inseguridad, algo que también le perjudicaría en los resultados académicos. Confía en tu hijo y sé únicamente un guía.
Deja de gritarle
Cuando se le grita a los niños, ellos automáticamente dejan de escuchar y su cuerpo entra en modo defensa… se llenan de estrés y no creas que entrarán en razón o que te harán caso en ese instante porque no es así. Si gritas a tu hijo para que haga los deberes o para que estudie, sus notas serán mucho peores que si tienes una actitud de calma.
La razón principal por la que es poco probable que las estrategias de “crianza punitiva” como esa funcionen es que no abordan directamente los problemas subyacentes que conducen al resultado deficiente. Por ejemplo, si castigas a tu hijo sin salir para que estudie más, no mejorará su rendimiento… tienes que buscar por qué no estudia más o procurar que aprenda a estudiar para que estudie más en menos tiempo.
Quizá lo más importante es que los padres que usan prácticas de crianza punitiva pueden negar inconscientemente a sus hijos la oportunidad de aprender las habilidades y el conocimiento que necesitan para mejorar sus calificaciones. O peor aún, las estrategias punitivas pueden aumentar el sentimiento de frustración y aversión de los niños hacia el trabajo escolar. En lugar de castigar los malos resultados de tu hijo… es mucho más acertado dar consejos específicos sobre cómo puede mejorar.
Si el castigo no funciona, ¿cuáles son algunas soluciones probadas?
Los niños que crecen en un entorno hogareño cognitivamente estimulante, caracterizado por cosas como el acceso a libros, instrumentos musicales y viajes al museo, probablemente presenten niveles más altos de logros en lectura y matemáticas en la escuela secundaria.
Recuerda el valor de crear un ambiente menos punitivo y más enriquecedor con una crianza cálida, consistente y receptiva, aunque no pueden faltar los límites para los hijos. Este entorno no solo sirve para mejorar los logros académicos de tu hijo, sino también muchos aspectos de su desarrollo biológico, social, emocional y de comportamiento. Aunque es necesario recordar que los niños no son notas ni números… Nunca elogies el resultado de un examen, elogia el esfuerzo que ha desempeñado.
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