Te querré durante toda la eternidad, incluso cuando ya no me tengas a tu lado
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El amor de los padres hacia los hijos es muy difícil de describir. Faltan palabras en el mundo que puedan expresar un sentimiento tan grande y profundo. Lo que sí sabemos, es que es un amor infinito y, de un modo u otro, incluso cuando ya no estemos en este mundo, nuestro amor por nuestros hijos, lo seguirán sintiendo dentro de su corazón… Porque seguirá fuerte en sus vidas.
Como padres, sabemos que no estaremos al lado de nuestros hijos durante toda su vida. Es ley de vida que nosotros nos vayamos antes. Pero nuestro amor sí que les durará toda su vida, y al menos, mientras tengamos aire para respirar, les transmitiremos seguridad mientras vivamo.
Hasta el último suspiro
El cuidado por los hijos no solo ocurre cuando son pequeños o están en pleno desarrollo. Incluso cuando ellos son adultos y tienen su propia vida, como padres, seguiremos cuidándolos y protegiéndolos siempre que nos permitan hacerlo. Porque ese es el deber de los padres y de las madres, cuidar y amar de manera incondicional a nuestra descendencia.
Todos tenemos un último día en este mundo, y como progenitores, deseamos que nosotros partamos primero para que nuestros hijos puedan seguir viviendo su vida, gracias a todo lo que nosotros les hemos enseñado. Esperando siempre, que nuestro ejemplo en vida haya sido siempre su mejor maestro.
Mientras tengamos la suerte de vivir, hay que disfrutarse diariamente. La vida es el mejor regalo cuando se pasa al lado de las personas que amamos, y no hay amor más grande que el de los padres hacia los hijos y viceversa. En el momento en que tengamos que partir de este mundo, tenemos la esperanza de mantenernos vivos en la memoria de nuestros hijos, nietos…
Te amaré siempre: lo que el corazón de una madre o un padre dice
No estaré a tu lado siempre, pero sí te amaré hasta el infinito. Me encantará ver cómo sacas tus alas al vuelo y comienzas a tener una vida plena. Llena de valores y conocimientos que pudiste aprender en el seno de tu hogar, desde mi corazón hasta el tuyo.
Mi tiempo será mi mayor tesoro para ti, mientras viva. El día que no esté, será mi recuerdo el que nutra tu corazón. Unos recuerdos que me esforzaré día tras día para que sean maravillosos, para que te aporten esa fuerza que necesitas para poder disfrutar de la vida y de todo lo que te regalan los días.
Mientras esté a tu lado, seré la persona que siempre quiera lo mejor para ti, incluso por encima de mí mismo/a. Seré tu confidente, tu hombro cuando necesites llorar, tu fuerza cuando necesites un impulso, tu mano amiga que siempre te ayudará a ponerte de pie de nuevo y luchar. No hay nada tan difícil en la vida que no se pueda superar juntos, en familia.
Siempre te daré todo lo que tenga en mis manos sin pedir nada a cambio. Tu sola presencia en este mundo me reconforta el alma porque tú eres mi vida, mi fuerza y toda mi energía. Por eso, no me debes nada, te cuido y te crío porque te quiero más que a nada en el mundo.
Tu sonrisa, tus risas, tu mirada, tus palabras, tus abrazos y todos tus gestos de amor hacia mí son las vitaminas que mi organismo necesita para tener buena salud. Hay miradas en tus ojos que solo yo sé leer, que solo mi corazón intuye. Es la magia de nuestro vínculo, un vínculo que no se romperá jamás, incluso cuando yo no esté.
Entre nosotros existe un hilo rojo invisible que nos une y aunque yo me tenga que marchar antes, a través de ese hilo te llegará todo mi amor hacia tu corazón. Desde que me enteré de tu llegada al mundo, no ha habido ni un solo día que no te haya amado, todos los días de mi vida te he querido de manera incondicional. Nunca he sentido la soledad gracias a que nuestros corazones están unidos.
Siempre he pensado por dos: por ti y por mí. Pero debes saber que el día que te toque despedirte de mí para no verme nunca más físicamente, no lo harás de manera emocional porque mi corazón se quedará contigo. Seguiré velando por tu bienestar y deseando tu felicidad cada día… Y aunque ya no esté a tu lado, recuerda que podrás hablarme siempre que quieras, que aunque no obtengas una respuesta, estaré en tu corazón para escucharte siempre que lo desees.
Tendrás que ser fuerte, y seguir queriéndome como yo te quiero a ti, aunque no podamos vernos ni abrazarnos. Porque si hay una cosa segura en esta vida, es que ni la muerte tendrá la fuerza suficiente para destruir el amor que mi corazón siente por ti.
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