Cómo promover una autonomía saludable en los niños
La disciplina positiva es necesaria para una buena autonomía infantil
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Cuando un niño tiene un sano sentido de la autonomía debe respetar los límites establecidos por los padres. Un niño pequeño sabrá perfectamente que tiene libertad para explorar el mundo seguro que han establecido para él y podrá desarrollar un buen sentido de toma de decisiones saludables. Por este motivo, sabrá diferenciar qué es seguro de lo que no lo es. Los padres deben promover un buen ejemplo con sus actitudes y sus acciones.
Si los padres toman conciencia de la importancia de que los niños tengan autonomía, les estarán ayudando a sentirse capaces de hacer las cosas por sí mismos, a tener iniciativa y motivación por su entorno… algo imprescindible para cuando comiencen la escuela -siguiendo cualquier pedagogía, recuerda que ninguna es mejor que otra y que son las personas con vocación quienes hacen de la enseñanza algo posible-.
Además, enseñar autonomía a los niños podrá influir de forma muy positiva en su autoestima. Una autoestima esencial en el desarrollo porque para sentirse felices, necesitan autoestima y seguridad en sus acciones. Si no sabes bien cómo puedes enseñar autonomía a tus hijos, entonces, no te pierdas los siguientes consejos.
Amabilidad con firmeza
Es necesario ser amable pero firme. Siempre lleva a acabo lo que dices que vas a hacer para que tus acciones tengan coherencia, pero es necesario siempre tener respeto hacia tus hijos. Los niños pequeños también necesitan sentir que son respetados, de esa manera aprenderán a respetar a los demás.
Acabar una cosa y luego pasar a otra
Es necesario que los niños pequeños tengan la oportunidad de terminar una actividad antes de pasar a otra. Cada niño tiene su propio tiempo, por lo que es necesario que respetes su tiempo antes de acabar de realizar una actividad y que pueda pasar a otra. Las prisas y el estrés del adulto para ir más rápido no deben influenciar en el ritmo y desarrollo de los niños, por eso, es necesario que los adultos trabajen el tiempo y la paciencia.
Enseña a tu hijo haciendo
Los niños aprenden observando y tú serás su mejor ejemplo desde el momento en que llega a este mundo. Esto significa que los niños pequeños necesitan menos palabras y más acción… necesitan ver lo que van a aprender y después, necesitan hacerlo con sus propias manos. Se equivocarán y cometerán errores y eso es necesario para el aprendizaje, por lo tanto si se equivoca recuérdale que está bien y que volveréis a intentarlo.
Por ejemplo, muchos niños golpean a sus padres, a otros niños o a las mascotas… A menudo, los padres cometen el error de decirles que no golpeen o que no lo haga de nuevo. Este comportamiento a menudo solo es una exploración. Es necesario modelar el comportamiento apropiado, cogiendo la mano del niño y repetirle por ejemplo ‘acaricia en lugar de dar un golpe’.
Evita el decirle lo que NO puede hacer
Los niños necesitan oportunidades y para ello te necesita a ti como guía. Muestra a tus hijos qué hacer siendo un modelo de comportamiento adecuado pero evita decirles lo que no pueden hacer. Si les dices muchas veces ‘no’ además de limitarles llegará un momento en que ya dejen de escuchar tus negativas y comiencen a hacer lo que ellos quieran -aunque te lo escondan-.
Anima a tu hijo a pensar
Los niños para descubrir el mundo necesitan pensar, necesitan sentirse involucrados en lo que están haciendo, por eso, no dudes en preguntarles ‘cómo’, ‘por qué’. Los niños necesitan preguntas de reflexión para poder pensar en las cosas más cercanas a ellos, deben averiguar las respuestas aunque los adultos les guíen en su camino.
Ofrecer opciones limitadas
Los niños necesitan elegir y sentir que tienen el control, pero tampoco se les puede dar toda la libertad de elección porque madurativamente no son capaces de tomar decisiones, pero con opciones limitadas y aceptables las cosas cambian y mejoran. Evita las opciones abiertas que promueven un no como respuesta. Por ejemplo, en lugar de decirle: ¿Quieres ir a la cama?, es mejor decirle algo como: ¿Qué hacemos antes de ponernos el pijama? Otro ejemplo sería: ¿Qué jersey prefieres ponerte el azul o el verde?
Distracción y redirección
La distracción y la redirección son muy importantes en muchas ocasiones. Esta es una herramienta fundamental en la disciplina positiva. Enseñar a un niño lo que puede hacer en lugar de decirle lo que no puede hacer es fundamental. Los niños explorarán con más seguridad, solo necesitan un lugar seguro y evitar el confinamiento que solo lleva a la frustración, la duda y la vergüenza.
Una distracción efectiva significa darle al niño una actividad alternativa apropiada para que pueda redirigir su conducta. Esto tendrá que ser repetido teniendo tiempo y paciencia. Nunca hay que utilizar malas palabras hacia los hijos, evitar los cachetes o las bofetadas… la violencia NUNCA es una opción correcta para la educación de nuestros hijos.
Y por supuesto, es necesario evitar las luchas de poder… un abrazo y un comportamiento cariñoso siempre será mucho más efectivo para que los niños aprendan con amor. Es necesario que los padres diferencien los deseos de las necesidades de los niños. La supervisión de los padres debe ser cuidadosa y amorosa para poder enseñar bien las habilidades.
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