Procura que tus hijos no deban recuperarse de su infancia
[mashshare icons=»1″]
No hay nada más triste que ver a un adulto “roto” porque le “rompieron” durante toda su infancia. Un adulto que debe recuperarse de su infancia vive con dolor emocional… incluso con trastornos mentales. Cuando somos adultos y nos convertimos en padres, tenemos la responsabilidad de criar a niños que crezcan felices y sanos emocionalmente. A pesar de las propias heridas de la infancia que se puedan tener, se puede hacer… no tienes que sentenciar la infancia de tus hijos.
Los hijos no vienen con un manual de instrucciones para hacer la vida más sencilla a sus padres, la crianza es todo un desafío. Aunque quieras informarte y leas libros o veas documentales de crianza, será la propia experiencia y los errores que cometas lo que comience a aportar sabiduría a tu mentalidad como padre o madre. La intuición suele ser la mejor amiga de la crianza, junto con el respeto, el amor y la confianza.
Crianza con respeto
Cuando se trata de crianza el respeto es fundamental en cada una de las etapas, incluso en aquellas que resulten muy complicadas. Las personas que crecen sometidas a castigos, golpes o autoritarismo suelen crecer rotas. Pero cuando esto ocurre es necesario tomar conciencia para no repetir patrones dañinos y tóxicos.
La crianza respetuosa se basa en la atención, la empatía y sobre todo, como ya te hemos dicho un par de veces en este artículo, en el respeto. Las acciones de los niños siempre encierran emociones no comprendidas y mal gestionadas. Los niños no cuentan con muchos recursos para expresar sus emociones y si no les ayudas a canalizarlas de forma adecuada y se reprimen, entonces estarás creando una herida emocional en su corazón muy profunda.
Ser padre es tu responsabilidad
Ser padre es una decisión que no se tiene que tomar a la ligera porque requiere un compromiso para toda la vida de hacerlo lo mejor posible. Es necesario evaluar el propio comportamiento y pensar qué es lo que se puede hacer mejor para que los hijos crezcan de forma saludable tanto a nivel físico como emocional.
Son muchas las personas que tienen baja tolerancia a las acciones normales de los niños, como cuando tienen rabietas, lloran o simplemente hablan demasiado. Los adultos y algunos padres sienten que deben salir de esa situación lo antes posible porque están incómodos y lo hacen de cualquier manera y a cualquier precio… intentan imponer su “autoridad” sin respeto y con miedo. Esto no es educar, esto solo hará que crezca rencor en el corazón de los niños.
El respeto no es miedo
Si confundes el respeto con el miedo, entonces te estarás equivocando en la educación que le estás dando a tus hijos. Los hijos deben respetar a los padres pero no temerles porque el miedo solo hará que se rompa la confianza y la comunicación, con una herida emocional difícil de sanar.
Callar a los niños con una mirada es mostrar que el pequeño no tenga libertad para expresar sus emociones y posiblemente tenga miedo a un castigo y crezcan con parches emocionales… ¡Cuántos padres de hoy en día les callaban con una sola mirada en su infancia! ¡Cuántos padres de hoy en día no son capaces de controlar sus propias emociones! Cambiemos esto en beneficio de los hijos.
Entender a los hijos
Es necesario que todos los padres comprendan a sus hijos, que sepan que detrás de un mal comportamiento siempre hay un niño angustiado. En ocasiones, un niño solo necesita un abrazo en mitad de una rabieta, y no estarás reforzando ese comportamiento, solo estarás acompañándole con esa emoción que no sabe gestionar.
Cuando llegue la calma entonces sí será necesario hablar sobre lo ocurrido y tener en cuenta las consecuencias de las acciones, pero antes… Antes necesitan sentir que sus padres son sus guías emocionales y que la comunicación es la adecuada. Dedica el tiempo necesario a tus hijos para que la crianza sea la adecuada tanto para ellos, como para ti. Respeta sus etapas, ayúdale con sus emociones. El amor y la tolerancia siempre serán tus mejores amigos, destierra la agresión, el miedo o la represión porque solo conseguirás alejar a tus hijos de tu corazón.
Comentarios