Familia

Las primeras semanas con tu recién nacido: ¿es todo tan perfecto?

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Primeras semanas recién nacido
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

No, la realidad es que no lo es, o no tanto. Las primeras semanas en casa con tu bebé recién nacido tienen dos caras en una misma moneda: hay una parte maravillosa que te encanta, que disfrutas y que sabes que es el amor de tu vida… Pero después, te encuentras con una cruda realidad, también existe un lado oscuro en las primeras semanas de maternidad. No es fácil, es cansado, lloras y sufres. Las primeras semanas con un bebé son difíciles, no importa lo que los demás te digan, cuando lo vives, lo sabes.

La falta de sueño, la lactancia materna, cuando llora y no sabes por qué, las noches en soledad, la falta de intimidad en pareja, el cansancio extremo si tienes más hijos que atender o eres una mujer trabajadora que apenas puede ausentarse del trabajo incluso estando de baja maternal… Son muchos los factores que pueden hacer que las primeras semanas con tu recién nacido no sean tan perfectas como pensaste durante tu embarazo. Pero no te preocupes, es lo normal.

Son los días más difíciles

Los primeros días con el bebé pueden ser los más difíciles de tu vida, aunque estés mentalizada de que así lo será. Ya sabías que iba a doler y que pasarías sueño, también sabías que sería bonito. Pero si salen problemas en la salud de tu bebé recién nacido, entonces solo habrán preocupaciones. El parto nunca es tan bonito como lo pintan o nada tiene que ver con esos partos en la bañera caseros que parece todo tan perfecto, pueden haber complicaciones y eso también te hace sentir preocupada en todo momento. Solo quieres que todo salga bien, y cuando todo sale bien, siguen las preocupaciones: el agarre en la lactancia, vacunas, pruebas para ver que tu bebé está sano… y un largo etc.

Sí, el cuerpo de la mujer lo aguanta y puede con ello. La mujer es capaz de eso y de más, un parto vaginal, una cesárea… Y la mujer es capaz después, de sonreír e intentar hacer las cosas por sí misma. Porque por mucho que todo duela hay que estar al 100% para ser madre, para estar cansada y para no dormir. Sin quejas, porque eres madre.

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Lágrimas de cansancio y fuerza de maternidad

Existen. Las lágrimas de cansancio existen y cualquier madre sabe de qué va. Lloras por cansancio, por tensión y también por estrés. Todos te dan consejos pero lo importante es que sigas a tu instinto, aunque a veces dudas de si realmente es lo que tienes que hacer. ¿Lo estarás haciendo mal? ¿Quizá tu hijo no se agarra al pecho porque no sabes cómo hacerlo? ¿Tienes tú la culpa? No. No tienes culpa de nada, busca las mejores soluciones para ti y tu hijo, pero no te sientas culpable… La culpabilidad no te ayudará en nada.

Parece que tú, por ser madre no tienes necesidad de dormir. Porque estás de baja maternal y tú trabajo es cuidar de tu bebé. Pero tu deber también es descansar, ¿y aquellas madres que no tienen baja y también tienen que trabajar porque esta sociedad no es capaz de conciliar realmente familia con trabajo -sobre todo en casos de mujeres autónomas-? Sí, ellas también necesitan descansar. Todas ellas necesitan reponer energías, pero no lo hacen en muchas ocasiones. Si tienes pareja, aunque trabaje al día siguiente también debe ocuparse del bebé, por turnos, los dos necesitáis descansar por igual, los dos estáis trabajando (de una forma u otra), los dos sois padres del mismo bebé que necesita ser atendido.

Pero cuando el bebé come y duerme y está sano, todo es fantástico. Cuando duerme 4 horas seguidas no te lo crees y eres feliz. Pero las preocupaciones vuelven a tu cabeza: tú físico, el trabajo, el dinero, la casa, las relaciones sexuales, la pareja, los kilos que se han cogido de más, la vida social, disfrutar del bebé después de la baja (cuando la hay), el cansancio… Y todo esto, con un amor incondicional hacia tu hijo que no para de crecer ni un minuto. Porque sí, así somos las madres. Todas luchadoras, con nuestro corazón posado en nuestros hijos.

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