¿Estás preparada para ser madre de nuevo?
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Tener un hijo es todo un reto… pero cuando ya se es madre, pensar en tener otro también es un momento de reflexión ya que es una decisión muy importante. Es necesario hacerse preguntas y ser totalmente sincera para tomar la decisión acertada. Cuando hemos sido madres ya tenemos una experiencia por lo que serlo por segunda (o tercera, o cuarta…) vez es totalmente diferente.
En muchas ocasiones tomar esta decisión no es nada fácil puesto que la experiencia de la maternidad puede haber sido totalmente diferente a lo que pensábamos que iba a ser. Pero además de la maternidad también es importante tener presente cómo fue el postparto, la crianza, el embarazo… Si por algún motivo no nos hemos sentido bien es importante sanar esas heridas emocionales antes de tener otro embarazo.
La salud mental de la madre
La salud mental de la madre y el autocuidado de la misma es fundamental tenerlos muy presentes antes de ser madre de nuevo. La experiencia de la maternidad pasada debe ser un aprendizaje para iniciar un nuevo camino, porque cuando llega otro miembro en la familia, todo cambia y se vuelve a empezar, comienza una nueva realidad.
Además de tener todo esto presente, el deseo materno también es importante aunque existen otros factores externos que no se pueden dejar de lado: la estabilidad económica, tener trabajo, sentirse bien con uno mismo y el entorno, tener la posibilidad de disfrutar de una buena conciliación laboral y familiar, etc.
Preguntas que debes hacerte
Una vez que has reflexionado todo lo anterior, entonces habrá llegado el momento de hacerte algunas preguntas y responderlas en tu interior de forma sincera:
- ¿Por qué quiero tomar esta decisión?
- ¿Cuál es la principal razón que me hace querer ser madre de nuevo?
- ¿Estoy dispuesta a pasar por todo el proceso de nuevo incluso aunque se presenten dificultades?
Contestar a estas preguntas de manera sincera es importante porque aunque es cierto que la maternidad compensa, también habrán ocasiones en las que te sientas sobrepasada y es natural y totalmente normal. Cuando el ritmo de vida comienza a ser exigente y no te sientes a la altura puedes comenzar a notar cierto conflicto interno con lo que se conoce como la “maternidad real”, esa que nada tiene que ver con la que teníamos en nuestra mente.
Es en estos momentos es cuando aparecen las autoexigencias, las culpas, el sentimiento de no dar suficiente o de que no se llega a todo, y también: que no somos capaces. Pero sí lo somos, porque en realidad las madres somos perfectamente imperfectas… ser madre es una decisión importante que debes tomar reflexionando desde lo más hondo de tu corazón.
Por lo tanto para poder tomar la decisión de ser madre de nuevo, desde la maternidad actual hay que tener en cuenta una serie de puntos:
- Mira la vida desde otra perspectiva y valorar si tu situación es la más adecuada para ser madre de nuevo.
- Potencia tu cuidado personal y hazlo como una prioridad en tu vida. Debes de tener tiempo de calidad siempre (pasear a solas, darte un baño, meditar, etc). Cualquier actividad para ti por pequeña que parezca te permitirá tener tiempo de conexión contigo misma.
- Ten una tribu. Esto significa tener a otras madres cerca para sentirte apoyada y comprendida (es necesario para tu salud mental).
- Mantén una buena comunicación con tu pareja o las personas que conviven contigo en el hogar para poder mostrar tus sentimientos en cada momento y tener una crianza compartida.
Quiero otro bebé para que mi hijo tenga un hermano
“Quiero otro bebé para que mi hijo tenga un hermano”: este pensamiento es muy habitual y se utiliza como prioritario para tener otro hijo. En realidad no debe ser el planteamiento principal y se debe tener todo lo anterior en cuenta para tomar la decisión. No cedas a la presión y estereotipos de la sociedad en cuanto a las connotaciones negativas de los hijos únicos puesto que son creencias culturales sin fundamento.
Tanto si quieres volver a ser madre como si no, es tu decisión y es respetable. No debes sentirte culpable ni egoísta por la decisión que tomes. Medita bien la decisión e independientemente de la que tomes, si lo has pensado y sopesado correctamente, te sentirás bien.
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