Qué debes hacer si estás preocupado por el peso de tu hijo/a
Tu actitud frente al problema es esencial
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Los niños se desarrollan y moldean su personalidad dependiendo del lugar donde viven y lo que reciben -de forma emocional- de los demás. Existen estudios que demuestran que los comentarios realizados durante la infancia son los más hirientes y los que más afectan a la personalidad de las personas. Los comentarios en la infancia pueden tener consecuencias duraderas.
Los comentarios de los padres dejan una huella emocional
En una investigación sobre la alimentación y las marcas del laboratorio de la Universidad de Cornell, las mujeres que recordaban a sus padres comentando sobre su peso cuando eran niños -como por ejemplo, cuando les decían que dejaran de comer que estaban comiendo demasiado-, eran más propensas a tener sobrepeso en la edad adulta y pensaban que para ser feliz tenían que perder más peso -no importaba cuánto, pero debían perder siempre un poquito más-.
Incluso las mujeres con un IMC normales eran más propensas a estar insatisfechas con su peso si recordaban a sus padres hacer comentarios que estaban relacionados con su peso cuando eran niños. También, existen encuestas que revelan que las mujeres que recuerdan a sus padres que se preocupaban por su propio peso, tenían más probabilidades de estar preocupado por las calorías y su peso.
Con todo esto, puedes comprobar como los padres tienen un papel muy importante en la imagen corporal, el peso y la dieta del niño. Si en casa se habla sobre el peso y la dieta y no se hace con unos buenos hábitos, entonces estos pensamientos se transmiten en los niños y puede dar forma a que se sientan dependientes de la comida, no sólo durante la infancia sino también en la edad adulta.
Sin embargo, con un tercio de todos los niños obesos o con sobrepeso, el peso es una preocupación comprensible para los padres. Así que si estás preocupado por el peso de tu hijo, ¿qué debe hacer?
Qué hacer si estás preocupado por el peso de tu hijo/a
No hacer comentarios ofensivos
Aunque esto parece obvio son muchos los padres que con la intención de frenar la ganas de comer de su hijo o hija les hacen comentarios negativos sobre su peso. Pero no se dan cuenta que estos comentarios sólo les hace sentir mal y se clavan como un puñal en el alma de sus pequeños. En ligar de decir cosas hirientes hay que enseñarles cómo hacer las cosas mejor.
Tener buenos hábitos familiares
Los expertos están de acuerdo en que los cambios a un estilo de vida saludable es algo fundamental para la vida de los niños, pero estos cambios deben hacerse para toda la familia, no sólo en el niño. Por ejemplo, cocinar más comidas en casa en lugar de salir a comer, hacer cosas juntos como jugar en el jardín en lugar de pasarse el día viendo la televisión, etc.
Ser un buen modelo a seguir
Es necesario que seas un buen modelo a seguir para tu hijo en cuanto a alimentación. Elegir alimentos saludables, hacer ejercicio de forma regular, beber agua en lugar de refrescos… Si tu hijo ve en ti estos comportamientos, serán más propensos a seguirlos a medida que vaya creciendo.
Cuidado con lo que dices
Además de hablar sobre lo que come tu hijo o sobre su peso, no hagas comentarios críticos sobre tu cuerpo. Mientras estás en ello, no etiquetes a los alimentos como ‘buenos’ o ‘malos’, ni tampoco te etiquetes a ti por comer de una determinada manera.
No juzgues
Algunos niños ganan un poco de peso antes de llegar a la etapa de crecimiento, cuando crece su peso se puede poner a la altura y quedar equilibrado. Piensa que en las fases de ‘estirón’ los niños suelen dejar el peso de sobra atrás, siempre y cuando lleven una vida saludable. Si tienes dudas sobre el peso de tu hijo, puedes acudir a tu pediatra para que te oriente un poco más sobre nutrición saludable.
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