Cómo practicar buenos modales
Los buenos modales le acompañarán toda la vida
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La enseñanza de los buenos modales parece que da bastante trabajo a los padres, pero es tan importante como cepillarse los dientes o aprender a hacerse la cama. Cualquier niño puede dominar el arte del comportamiento educado. Solo tienes que darle tiempo, será gratificante cuando otros niños señalen el respetuoso comportamiento que tiene tu hijo. A continuación tienes algunos consejos sobre cómo ayudar a los niños a tener buenos modales cada día… con buenos resultados.
Escuchar a otra persona
A veces los niños son más propensos a escuchar a alguien más aparte de escucharte a ti. Puedes buscar a amigos, familiares, profesores o profesionales para hacer esta función. Explica por qué hay que cumplir algunas normas y anima a tu hijo a que practique los buenos modales en todo momento.
Si por ejemplo, una persona eructa en la mesa sin querer debe pedir perdón o disculpas. Si los niños saltan en el sofá en casa de la abuela puedes explicarle que saltar sobre los muebles es de mala educación. Son muchos los ejemplos diarios que puedes explicarles a tus hijos para que se den cuenta qué son los modales.
Utilizar un lenguaje positivo
Algunos padres amenazan a sus hijos con modales demasiado estrictos, pero eso podría tener un efecto contraproducente. El mensaje que envían a sus hijos en este caso es que los modales es un aprendizaje horrible y que deben pasarlo mal para ser educados, y esto no tiene que ser así en absoluto. Aprender modales puede ser una experiencia agradable y positiva sin castigos o sin amenazas.
Lo ideal es explicarle a los niños los beneficios que tendrán una vez que utilicen los buenos modales. Por ejemplo, podrá ser invitado a las fiestas de cumpleaños, tendrá más éxito entre las personas, otros confiarán en él -incluyendo los adultos-. Hablar en positivo siempre será mucho más motivador que utilizar un lenguaje negativo.
Probar trucos divertidos
Imitar a tu hijo usando malos modales de forma tonta le hará ver a tu pequeño que hay cosas que simplemente no son aceptables. Después de imitar esa forma enséñale que no es correcto y cuáles son los buenos modales. Por ejemplo si tu hijo se está quejando puedes exagerar con voz quejumbrosa y usar gestos y expresiones exageradas. Si imitas ese mal comportamiento con una sonrisa en la cara, tu hijo se divertirá. No tienes que ser un comediante todo el tiempo, pero puede ser divertido para poder hablar con tu hijo de forma divertida y amena sobre cuáles son los mejores modales que deben utilizar y cuáles son los comportamientos adecuados.
Los juegos de roles
Hay que prepararse para las diversas situaciones en las que tus hijos necesitan mostrar sus buenos modales. Para que sepan hacerlo bien una forma de conseguirlo es hacerlo a través de los juegos de roles, así ya tendrán la práctica con ellos. En casa, podéis representar en escenarios imaginarios diferentes situaciones que después le ocurrirá en la vida real como por ejemplo cómo saludar a las personas, qué decir para iniciar una conversación, el comportamiento en el supermercado, cuando tiene que pedir perdón, etc.
Comer o cenar en familia
Las familias que comen o cenan juntas serán una familia más unida, feliz y cohesionada. Son situaciones perfectas para practicar los buenos modales -además de la comunicación-. Se puede aprender a colocar la mesa, a masticar correctamente, a tener una buena conversación, etc.
Involucrar a tu hijo/a
Siempre es un buen momento para aprender. Cuando ocurre algo en la vida diaria es buen momento para aprender modales correctos. Puedes hacerlo a través de la empatía, preguntando a tu hijo cómo le gustaría que le tratasen a él en momentos determinados o cómo le gustaría a otro que le tratasen. Deja que tu hijo sea el que proporcione sugerencias e ideas para tener una actitud diferente y más correcta.
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