Poned límites a los hijos o se los pondrá la vida…
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Hay una frase del escritor y juez de menores Emilio Calatayud que dice: “Poned límites a los hijos porque si no se los pondrá la vida, y la vida puede ser muy dura”. Esta frase debería estar enmarcada en los hogares de todas las familias para recordarla cada día. Los límites en los niños son necesarios porque la vida puede ser muy complicada y dura cuando no se entiende de normas.
En la actualidad, existe mucha permisividad en la infancia en un intento de parecer moderno ante la educación, pero en realidad solo es un retroceso en la educación y evolución de la humanidad. Los seres humanos necesitan límites y normas desde su infancia no solo para comprender el mundo, también para saber qué tipo de comportamiento es correcto y cuál incorrecto.
Educar no es interferir en la vida de los niños, es ayudarles a comprender que la vida tiene unos límites que deben respetarse para poder evolucionar y para poder estar cohesionado en sociedad. En realidad, aquellos padres que no ponen límites a sus hijos alegando que es mejor para ellos porque así aprenden por sí mismos… solo les estarán complicando más la vida.
La vida puede ser una cárcel
La vida, cuando no se comprenden los límites o las normas, se puede convertir en un encierro o cárcel. Cuando los niños crecen sin límites, no sabrán respetar la sociedad, crecerán siendo egoístas y pensando que tienen derecho a cualquier cosa. Se convertirán en tiranos y los niños tiranos cuando crecen y son adultos, acabarán en la cárcel por cometer delitos, ya que son de los que piensan que las normas no van con ellos.
Las normas van con todos y es necesario que los padres les enseñen a sus hijos desde que comienzan a andar dónde están los límites, cuáles son las normas y que siempre que se rompen las normas hay consecuencias negativas. Eso sí, la libertad en los niños reside en escoger la acción que tendrá consecuencias negativas o aquella acción que tendrá consecuencias positivas.
Acción-Reacción
Toda acción conlleva una reacción y este es el aprendizaje que todas las personas comienzan a aprender en la infancia… Pero, ¿qué pasa cuando los padres se pasan de pasivos en la crianza y se convierten en personas permisivas con sus hijos? Que los hijos crecen de forma insegura, sin confianza y pensando que tienen todo el derecho del mundo por encima de los demás.
En realidad, la crianza debe tener un equilibrio entre ser flexible y tener una autoridad saludable. Los niños tienen que aprender que en un hogar siempre hay normas que se deben seguir y que si no se cumplen habrán consecuencias. Aunque claro, esas normas no son salidas de una “dictadura”, sino que son necesarias para una buena convivencia en el hogar y para tener buena comunicación y relación entre los miembros. Algo fundamental que se debe saber para que en el futuro aprendan a convivir en sociedad. Si esto no se hace así, al final será la vida quien podrá con vuestros hijos y tendrán que vivir las duras consecuencias negativas del mal comportamiento social.
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