7 piscinas naturales para bañarse con los niños
Conoce estas piscinas naturales en España para disfrutar en familia
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Los niños adoran darse un chapuzón en verano. La mayoría no suele poner reparos en el destino pues poco les interesa si se trata de una playa, una piscina o un lago, con tal que haya agua es suficiente para ellos. Por eso, no es necesario preocuparse tanto planificando viajes a la playa, sobre todo si éstas quedan demasiado lejos e implican un gasto innecesario. Una solución diferente pero igual de divertida y además, más económica, es visitar las piscinas naturales que se encuentran diseminadas por todo el territorio español.
Cambiar la playa por una piscina natural
1. Las Chorreras, en Cuenca
También conocidas como “Las Chorreras de Enguídanos” se trata de un sitio estupendo para ir con los niños a darse un chapuzón. Esta piscina natural está formada por el curso del río Gabriel y cuenta con saltos, cascadas y pozas de agua color esmeralda que invitan a pasar un día en familia. La seguridad de los niños no será un problema porque en los laterales de la piscina hay algunas cuevas que la resguardan de las corrientes del río.
2. Las Presillas, en Madrid
Es un conjunto de tres embalses que están formados por el curso del río Lozoya, que atraviesa parte del Valle del Paular, en la Sierra de Guadarrama. Se trata de un verdadero oasis natural con praderas, una frondosa vegetación y una zona de baño que se presta para un apacible descanso de fin de semana o un día lleno de diversión con los niños. De hecho, dispone de una amplia explanada en la que puedes hacer un picnic sobre el césped mientras disfrutas de las vistas del Pico Peñalara.
3. Fuentes del Algar, en Alicante
Las familias que buscan alejarse del bullicio de la ciudad encontrarán tranquilidad y paz en las Fuentes del Algar, a tan solo 15 kilómetros de Benidorm, en Alicante. Este paraje fue declarado Zona Húmeda Protegida desde el 2002, razón por la cual conserva intactas sus reservas ecológicas, a la vez que ofrece diversos servicios turísticos. Lo mejor es que está dotado de cascadas, manantiales y de varias piscinas naturales donde se pueden tomar refrescantes baños en un agua pura y cristalina.
4. Charco Azul, en El Hierro
Su nombre es su carta de presentación. El Charco Azul está formado por dos piscinas naturales de un agua transparente y muy salada que han sido adaptadas para convertirse en un importante sitio de confluencia local y turística. Es de fácil acceso y en tan solo 15 minutos puedes adentrarte en estas cuevas naturales para darte un chapuzón con vista al mar. Lo mejor es que está protegido de las corrientes marinas por lo que los más pequeños podrán bañarse con seguridad, aunque, deberán tener cuidado con las rocas.
5. Balneario de la Fontcalda, en Tarragona
Esta piscina natural está ubicada entre la Sierra de Pándols y el Macizo de los Puertos por lo que es un punto de descanso habitual para los senderistas que recorren la zona. Su agua que llega del río Canaletes tiene propiedades medicinales ya que está compuesta por sulfato de magnesio, cloruro sódico y cloruro y carbonato cálcico. Además, suelen ser muy cálidas por lo que también son perfectas para pasar un día con los niños al aire libre disfrutando del hermoso paraje.
6. Atlantis, en Ibiza
Atlantis es uno de los secretos mejor guardados de esta bellísima isla, un lugar que cautiva a los visitantes haciendo que deseen repetir la experiencia. Buena parte de su magia se debe a su peculiar formación, en la que ha intervenido la mano del hombre. De hecho, este lugar era una cantera en la que se tallaban orificios entre los pliegues, escalones y rocas para filtrar el mar. De ahí han surgido sus maravillosas piscinas naturales de poca profundidad que contienen aguas calientes y cristalinas.
7. El Caletón, en Tenerife
Esta piscina natural se sitúa en el término de Garachico y debe su existencia a la solidificación de la lava del volcán Trevejo. Sus aguas son muy cristalinas y están protegidas de las corrientes atlánticas por lo que es un sitio ideal para ir con los niños a darse un chapuzón. Sus múltiples formas y recovecos hace que los niños se diviertan dscubriendo nuevos espacios detrás de cada roca.
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