El piel con piel y la crianza de apego también con los padres
El padre también es protagonista
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Siempre que se piensa en crianza con apego es probable que tengas en mente a una madre que tiene colgado a su bebé en un fular todo el tiempo y que le da el pecho hasta que el niño decide dejarlo. Parece que es el contacto directo del bebé con la madre todo el tiempo. Pero entonces, ¿qué pasa con el padre?
Los padres también son pilares enormes que deben tenerse en cuenta en la vida de los niños desde el momento en que nacen. Tanto la madre como el padre deben ser las dos personas encargadas de la educación de sus hijos. Una educación centrada en el respeto, la empatía, el amor incondicional… Y muchos optan desde que el bebé nace, por la crianza con apego.
Papá también cuida
Así es. Papá también cuida, protege, aporta seguridad y busca una cercanía constante con su pequeño. Esto también es muy importante para el desarrollo cerebral del bebé, porque entre los dos también debe generarse una relación tan fuerte que nada ni nadie la pueda romper jamás. En el pasado, los padres se desentendían de la crianza de sus hijos, pensando que era la madre quien debía encargarse, por naturaleza, de los hijos. Si ella los llevaba en su vientre y los traía al mundo, era ella quién debía encargarse exclusivamente de ellos, ¿verdad? Pues no.
Ese pensamiento obsoleto, afortunadamente, está quedando en el pasado y los padres, también toman las riendas de la crianza de los hijos. Es cierto que el padre no tiene leche materna ni que tampoco puede dar el pecho a sus hijos, pero esto no quita que también pueda hacer el piel con piel con sus bebés para fortalecer el vínculo y que además, sea capaz también de cuidar exactamente igual que la madre, a sus pequeños.
Cuando el padre también elige la crianza de apego
Cuando el padre elige también la crianza de apego los bebés pueden crecer rodeados de unos brazos fuertes y seguros, donde se sientan realmente protegidos. También podrán llevar a sus bebés en los portabebés o fulares para portarles en el pecho mientras pasean o van a comprar al supermercado. De esta manera sentirán también la cercanía, el calor y el olor del cuerpo de sus padres.
¿Y quién dice que solo las madres son las que se deben levantar por la noche a alimentar o satisfacer las necesidades del bebé? Los padres además de que también deben hacerlo, lo hacen. Ellos también saben calentar biberones o calmar al bebé cuando llora, y seguir reconfortando al pequeño a medida que crece y le necesita en cualquier etapa de su vida.
Los padres se preocupan y aman a sus hijos igual que una madre. Si bien es cierto que no los llevan en su vientre durante 9 meses ni sienten el dolor de traerlos al mundo, ellos también pueden tener ese vínculo mágico y necesario que une a los padres con sus hijos. Un padre también es capaz de entender el lenguaje de un bebé, qué significa el llanto, cuáles son las necesidades de un bebé a cada momento.
Por eso, si eres de las personas que opinan que un padre no puede tener el mismo vínculo con un hijo que una madre, estás bien equivocado/a. La naturaleza otorga la oportunidad de que la mujer traiga al mundo a los bebés, pero sin los hombres, esto sería imposible. Ambos tienen la misma responsabilidad de cuidar, proteger y amar incondicionalmente a sus bebés desde el primer momento de la concepción.
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