3 pequeños problemas de comportamiento que no debes ignorar
¿Ignoras alguno de estos comportamientos en tus hijos?
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Son muchos los días que los padres están tan cansados que dejan pasar a los niños algunos pequeños problemas de comportamiento solo por evitar discusiones o malestares emocionales. Pero en ocasiones, es necesario no dejar pasar estos problemas, porque aunque parezcan ‘pequeños’ en algunos momentos puntuales, pueden no serlo en el futuro y que se vuelvan problemas mayores de comportamiento.
A continuación vamos a hablar sobre algunos pequeños problemas de comportamiento que son bastante comunes y que NO debes ignorar nunca más. Lo ideal es saber identificarlo y además, aprender a abordar el problema para que no se vuelva un verdadero dolor de cabeza en el futuro.
Pequeños problemas de comportamiento infantiles que no debes ignorar
1. Te interrumpe constantemente
Tu hijo puede sentirse muy emocionado porque quiere contarte algo o hacerte una pregunta, pero no puedes permitir que se meta en tus conversaciones, si lo haces, solo pensará que tiene derecho absoluto de demandar toda tu atención y no tolerará la frustración.
Cuando tu hijo te interrumpa de nuevo es necesario que le digas que debe estar callado y no interrumpir, para ello dile que debe esperar un momento y que en cuanto acabes la conversación le atenderás. Después, hazlo. Si tira de tu brazo mientras estás hablando, señala una silla o un lugar donde pueda esperar hasta que acabes.
2. Cuando finge que no te escucha
Repetir a tus hijos las cosas mil veces no hará que hagan las cosas bien. Recordar a los hijos las cosas una y otra vez simplemente hará que deje de escuchar lo que estás diciendo. Si aunque repitas la orden muchas veces, permites que el comportamiento continúe, lo más probable es que tu hijo se vuelva desafiante y controlador.
Para detener esta conducta, en lugar de decirle las cosas a distancia, camina hacia tu hijo y dile lo que debe hacer. Hazle saber que le miras cuando hablas y debes asegurarte de que ha entendido bien lo que le has pedido. Tócale el hombre, dile tu nombre y aléjale de las posibles distracciones para que te preste toda su atención. Si no hace caso, deberás imponer una consecuencia inmediata.
3. Cuando es demasiado bruto jugando o se muestra agresivo
Sabes que tienes que intervenir cuando tu hijo golpea a un compañero de juegos, pero no debes ignorar actos agresivos más sutiles, como empujar a su hermano o pellizcar a un amigo. Si no intervienes cuando esto ocurre el comportamiento inadecuado puede convertirse en un hábito que volverá a hacer una y otra vez. Además, si no pones remedio, estarás enviando un mensaje equivocado: que hacer daño a otros está bien. Esto solo hará que tu hijo crezca siendo egoísta, insensible y con poca empatía.
Cuando tu hijo está jugando siendo demasiado bruto o comportándose de forma agresiva con otros, deberás confrontar el comportamiento agresivo en el momento. Si hace algo negativo deberás sacar a tu hijo del lugar y decirle algo como: ‘Eso ha hecho daño a tu amigo, ¿cómo te sentirías si te hicieran eso a ti?’ Hazle saber que cualquier acción que hiere a otra persona no está permitida. Es necesario además, jugar en casa a juego de roles para saber cómo debe reaccionar si se enfada o se frustra mientras está jugando. Si sigue comportándose mal, se acaba el juego.
Estos tres comportamientos parecen inofensivos, pero en realidad si no se trabajan a tiempo desde la infancia se pueden convertir en graves problemas conductuales en el futuro. Es por eso que los padres deben estar atentos al comportamiento de sus hijos y corregirles siempre lo antes posible. Los niños si aprenden a hacer las cosas desde el cariño y el respeto, lo conseguirán.
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