Los peligros de la disciplina tradicional
Conoce los peligros de la disciplina tradicional
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Los padres deben tratar a sus hijos de la manera en la que les gustaría ser tratados a ellos mismos. La disciplina positiva es una filosofía general que ayuda al niño a desarrollar una conciencia guiada por su propia disciplina interna y la compasión por los demás. La disciplina positiva se basa en una relación de confianza segura, conectada entre padres e hijos.
La disciplina debe ser empática, amorosa y respetuosa, porque es la única que refuerza la conexión entre padres e hijos, mientras que la disciplina tradicional o excesivamente punitiva debilita la conexión. Recuerda que el objetivo de la disciplina es ayudar a que los niños desarrollen autocontrol y autodisciplina, y en ningún caso es proporcionar miedo.
Los peligros de la disciplina tradicional
Uno de los peligros fundamentales de la disciplina tradicional es el miedo que se crea en los niños, que no sirve de nada y sólo crea sentimientos de vergüenza y humillación. El miedo se ha demostrado que conduce a un mayor riesgo de comportamiento antisocial en el futuro, incluyendo delincuencia y abuso de sustancias.
También hay estudios que demuestras que las técnicas de disciplina tradicional que incluyen violencia física como nalgadas, pueden crear problemas de conducta y emocionales. Además, la violencia física enseña a los niños a que éste tipo de violencia es la única manera para resolver los problemas.
La disciplina tradicional es sinónimo a la disciplina de control o de manipulación que rompe la confianza entre padres e hijos, perjudica el vínculo emocional entre ambos y destruye poco a poco la relación, algo que se quedará dañado para siempre. La disciplina tradicional nunca será una buena opción, es necesario que los padres miren en su interior y examinen sus propias experiencias en la infancia y la forma en la que puede afectar en la crianza de sus hijos. Hacer esto será una señal de fortaleza y crecimiento personal, si es necesario, se puede buscar ayuda para ser capaz de practicar la disciplina positiva.
Aplicar otro enfoque de disciplina y pasar a la disciplina positiva
La disciplina positiva comienza desde el nacimiento de los hijos, pero nunca es tarde para empezar a aplicarla en la educación. Los lazos de unión y de confianza se forman cuando los padres de forma consistente y compasiva responden a las necesidades de sus hijos, es ahí cuando se comienza el fundamento de la disciplina.
La disciplina positiva implica el uso de técnicas como la prevención, la distracción, guiar a los hijos y que estén alejados de cualquier daño, etc. Ayuda a tu hijo a explorar con seguridad y ver el mundo a través de sus ojos, siendo la empatía la mejor herramienta para aprender a desarrollarse en el mundo y a experimentar las consecuencias naturales de sus acciones.
Es muy importante tratar de entender lo que necesita el comportamiento del niño, saber lo que está comunicando. Los niños a menudo comunicar sus sentimientos a través de su comportamiento y por eso es necesario entender qué es lo que nos quiere decir con su comportamiento. Es muy importante que se puedan resolver los problemas juntos de manera que se pueda mantener la dignidad y el respeto por ambas partes. Entender el comportamiento adecuado en el desarrollo de los niños, permitirá entender mejor las necesidades y el temperamento de los niños.
Los niños aprenden con el ejemplo por lo que es muy importante esforzarse para modelar las acciones positivas y las relaciones dentro de la familia y también, las interacciones con los demás. Cuando los padres reaccionan de manera violenta crearán tensión, ira o sentimientos de dolor, algo que dañaría la relación entre los padres y los hijos y que costaría mucho tiempo volver a conectar emocionalmente.
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