Si te pegan, pega más fuerte
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Es cierto, no hay que fomentar la violencia en los niños y hay que ser un buen ejemplo para ellos, pero también debemos ser coherentes y no permitir que si les pegan en la escuela o en el parque, se dejen y no hagan nada solo porque “no se pega”. Si a los niños se les enseña únicamente que no deben pegar a otros y si alguien les hace daño se lo tienen que decir a un adulto, ¿qué ocurre cuando no hay un adulto cerca? ¿Se deben dejar pegar por los demás solo porque no pueden defenderse por no hacer apología de la violencia?
El respeto es fundamental en la educación de los niños, y se debe enseñar para evitar la violencia en niños y adultos, pero todos sabemos que no siempre los niños son educados en buenos valores, aunque tus hijos sí lo estén. A pesar de que queramos ser respetuosos con los demás, hay veces, en situaciones extremas, que hay que defenderse.
Le di permiso a mi hija para contraatacar si tu hijo la acosa
Hemos encontrado un artículo en Scary Mommy, que se titula: “Le di permiso a mi hija para contraatacar si tu hijo la acosa”. Aunque el título es muy directo, en realidad tiene mucha razón. La autora se llama Mandy Castle y es madre de una niña de 6 años, y en el post cuenta la conversación que tuvo con su hija un día después de clases. El artículo dice así:
“Mamá, me acosaron hoy”, dijo mientras caminábamos a casa desde la escuela.
“¿Intimidado?” No me gusta la palabra, creo que a veces se usa en exceso y se echa a perder, y me cuesta pensar que mi niña descarada y muy independiente podría ser intimidada, así que le cuestioné un poco. Ella tiende a ser dramática, siempre lo ha sido, y cuando llegamos a casa, dijo que algunos niños la perseguían en el patio de recreo. Le dije que no jugara más con ellos si la molestaban, y eso fue todo. Seguimos con nuestro día.
En la cena volvió a comentar el tema y dijo: “Algunos chicos me acosaron hoy”. Como era la segunda vez que lo mencionaba, profundicé más en el tema.
“Dime exactamente qué pasó”, le dije. Ella continuó diciendo que algunos niños le estaban golpeando en el trasero en el patio de juegos, y cuando ella les dijo que pararan, la llamaron gordita y se rieron de ella. (…)
La rabia hirvió dentro de mí, pero apagué esas emociones y le pregunté qué hizo después. Ella dijo que le comentó a la maestra, y la maestra les dijo que pararan, pero no lo hicieron. Cuanto más escuchaba, más enfadada estaba. (…)
Hablamos sobre lo inapropiado e inaceptable que era / es, y la felicité por hacer lo correcto al decírselo a la maestra. Ella bajó la cabeza y dijo: “Mañana, me voy a esconder en el recreo”. La atraje hacia mí y levanté la barbilla para que pudiera mirarme a los ojos, y le dije: “NO. No dejarás que dos niños arruinen tu tiempo libre. No permitirás que te quiten la diversión. Están rompiendo las reglas. Si lo hacen mañana, dices ‘Mantén tus manos lejos de mí’. Si no se detienen, díselo al maestro. Si continúan molestándote, te das la vuelta y pisas sus pies, o les das patadas en las espinillas o en los testículos, y si te metes en problemas, ve y dile a tu maestra que me llame”.
Le expliqué que ella podría terminar en la oficina del director y que nos ocuparíamos de ello si tuviéramos que hacerlo, pero me aseguré de que supiera que tenía permiso para defenderse.
Los niños aprenden de nosotros. No es innato que cuando una niña dice que no, inmediatamente la llamen gorda o fea. Este es un comportamiento aprendido. Tu trabajo como madre y como padre es asegurarte de que tus hijos (e hijas) crezcan mejor. Puedo asegurarte que si supiera que mi hijo pega a una niña de la misma manera que estos muchachos tocaron a mi hija, o si le habló a otro niño de la misma manera que lo hicieron, habría algunas consecuencias graves en nuestra casa. (…) Pero le he enseñado a respetar a todas las personas, a todas las mujeres, a sus hijas, así que si se sale de la línea, quiero saberlo.
Padres, enseñen a sus hijos (e hijas) que no tienen derecho a tocar a nadie en ninguna parte, (…) que si ponen las manos sobre ella, no se saldrán con la suya porque ella se defenderá de la mejor manera que pueda. Y eso puede incluir patear a tu hijo directamente en los huevos.
A nadie le gusta que su hijo sea acosado por sus compañeros y aunque la ética dice que la violencia genera más violencia, también es aceptado que si pegan a tu hijo primero, éste se defienda pegando más fuerte… Y para evitar que esto deba emplearse, eduquemos a los hijos en valores para que aprendan a respetarse a ellos mismos y a los demás.
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