5 pasos para que tus hijos te hagan caso
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Dar órdenes a los hijos es algo normal en su educación, pero hay diferentes maneras de hacerlo dependiendo de cómo sea tu estilo educativo. Lo ideal es que sean órdenes desde la disciplina positiva donde la empatía y la escucha activa con el hijo sean siempre la base de una buena comunicación.
Es posible que alguna vez hayas dado órdenes a tus hijos y que no te hayan escuchado o que creas que no te quieren hacer caso y eso te altere. La mayoría de veces cuando un padre cree que su hijo no le quiere hacer caso, puede ocurrir que no le haya escuchado porque la comunicación no ha sido exitosa.
Escucha para que te escuchen
Si quieres dar órdenes a tus hijo lo primero que deberás tener presente es que tiene que escucharte pero para ello, enséñale a hacerlo escuchándole primero tú. Los niños suelen centrarse en explorar su entorno, incluso cuando son más mayores, por ejemplo cuando tienen 12 años, por lo que debes tener paciencia.
Los niños piensan mucho y tienen otras prioridades, por lo que a veces no entienden por qué tu orden es tan importante en ese momento. Pero claro, cuando necesitas darle una orden, ¿cómo puedes hacer para que te escuchen y por supuesto, para que te obedezcan?
Cómo conseguir que tus hijos te hagan caso
Lo primero que deberás tener en cuenta es que no debes infundir a tu hijo miedo ni tampoco mostrarte demasiado autoritario o agresivo, ya que esto solo hará que tu hijo se bloquee y deje de escucharte. ¡Si te escucha tu hijo sabrá captar lo que estás diciendo!
1. No le hables ni le des una orden hasta que tengas su atención
No hables con tu hijo hasta que no hayas captado su atención y para ello tienes que conectar antes de hablar. Esto significa que no puedes dar órdenes desde otra estancia o lejos de tu hijo y luego reñirle porque “no te ha escuchado”.
Para ello, debes estar cerca, baja al nivel de tu hijo y tócalo ligeramente. Observa lo que está haciendo y conecta con él con un comentario del tipo: “Anda, mira ese tren”. Cuando te conectas con otra persona la mente se abre y se facilita la escucha. Esto no es manipular, es simplemente reconocer el respeto por lo que es importante para él.
Cuando haya levantado la vista tendrás que mirarle a los ojos y entonces es cuando deberás comenzar a hablar. Si no levanta la vista, será cuando debas llamar su atención diciéndole algo como: “¿Puedo decirte algo?” Y cuando levante la vista, comienzas a hablar.
2. No te repitas
Después de haber hecho el paso anterior, si has preguntado o dicho algo una vez y no has obtenido respuesta… no te limites a repetir. Cuando no tienes la atención de tu hijo, debes volver a lo que te hemos comentado en el punto anterior.
3. Usa pocas palabras: sé claro y directo
La mayoría de los padres solemos divagar en el mensaje y perdemos la atención de los hijos por usar demasiadas palabras o un lenguaje que ellos, no entienden. Para que realmente te entienda y te haga caso exactamente en lo que quieres que haga, procura utilizar la menor cantidad de palabras posible cuando le estés dando instrucciones.
4. Mira desde su perspectiva
Si estuvieras ocupado haciendo algo que te gusta y tu pareja te ordena hacer algo que no es una prioridad para ti, ¿cómo te sentirías? ¿podrías desconectar fácilmente para poder hacerlo? Tu hijo no tiene que compartir tus prioridades, solo tiene que satisfacer sus necesidades. No tiene que compartirlas porque seas su madre o su padre… Es de gran ayuda si puedes reconocer cuándo quiere seguir con lo que está haciendo. Para ello puedes decirle algo como: “Sé que es difícil dejar de jugar ahora mismo, pero necesito que…”.
5. Involúcrale en la cooperación
Nadie quiere escuchar a alguien que está dando órdenes; de hecho, siempre estimula la resistencia. Piensa en cómo te sientes cuando alguien te ordena algo. Por ello, mantén tu tono cariñoso, cuando sea posible tienes que darle órdenes y siempre manteniendo la calma. Por ejemplo puedes decir algo como: “Es hora del baño, cariño. ¿Quieres ir ahora o en cinco minutos? Ok, 5 minutos y después vamos al baño”.
Si realmente necesitas hacerlo AHORA, tendrás que decirlo como una orden, pero manteniendo la calidez y la empatía: “Acordamos entrar en cinco minutos, y han pasado cinco minutos. Lo sé, querrías poder quedarte y jugar toda la noche, pero ahora no es posible. Cuando seas grande, ¡podrás estar más rato! Ahora, es hora de entrar e ir al baño. Vamos”.
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