Los padres también lloran; la importancia de expresar los sentimientos
Sentir no está mal y mostrarlo bien, tampoco
[mashshare icons=»1″]
Una de las cualidades más importantes de las relaciones sanas es la autenticidad: ser como somos. Ser auténtico en una relación crea conexión, apertura, confianza y aceptación. Siempre y cuando la relación se base en la intención genuina, la autenticidad significa que no hay necesidad de que nadie finja ser quién no es para estar bien. Es muy importante que los padres expresen sus emociones para que los niños aprendan a hacer lo mismo.
Lo que está claro es que siempre habrán momentos para mostrar algunas emociones aprendidas para mejorar las situaciones, pero no siempre debe ser así. Debemos ser conscientes de la parte de nuestro ser emocional que debemos poner de lado para ser bueno para nuestros hijos y cuánto debemos mostrar a los demás.
Las emociones difíciles
No hay una persona en el planeta que no sepa qué es sentirse triste, irritable, furioso o asustado de vez en cuando. A veces estos sentimientos encuentran un agarre en nosotros y se quedan en nuestro ser durante un tiempo… y en medio de esto, nuestros hijos estarán atentos a todo lo que hacemos y decimos. Puede ser que los niños no conozcan los detalles de las situaciones, pero hazme caso cuando te digo que son inteligentes y que les dan sentido a lo que ocurre cuando no coincide lo que ocurre con las emociones que sentimos.
Es muy comprensible que a los padres nos gustaría proteger a nuestros hijos del desorden de la vida adulta. Aunque hay algunas cosas que los padres queremos proteger a nuestros hijos, hay otras en las que hay que encontrar el equilibrio en la expresión de sentimientos.
Mostrar siempre felicidad no es la solución
Existen investigaciones que muestran que siempre que se pone una cara feliz no siempre es lo mejor, ni para nosotros ni para nuestros hijos. Esto implicaría estar negando otras emociones importantes y vitales para todos. Los padres que tratan de ser perfectos para sus hijos, corren el riesgo de no ser auténticos y de tener peores relaciones con sus hijos, algo que hará que su vínculo emocional quede afectado de algún modo.
Si un padre se siente mal emocionalmente y exagera los sentimientos positivos para que los niños no se den cuenta de los negativos -pero que sí se darán antes o después-, llevará a los padres a sentirse peor con ellos mismos -ya que no estarías siendo fieles a ellos mismos ni coherentes con sus sentimientos-.
Los padres y los sentimientos
Uno de los papeles más importantes de los padres es nutrir la conciencia de los hijos entorno a las emociones difíciles. Son muchas las lecciones que se deben aprender, así que es bueno que tengamos mucho tiempo para enseñárselas, y te aseguro que la vida te dará un montón de oportunidades que no debes desaprovechar.
Los niños pueden ver -y debes hacerles ver- cuando no estás bien, pero es más importante aún que les hagas saber que estarás bien y que ellos también lo harán. Las emociones difíciles pueden hacernos sentir confusos cuando no sabemos qué quieren decir, pero todas las emociones son importantes, las difíciles también. Son inevitables y son parte de vivir una vida feliz y saludable… siempre que se aprenda a manejarlos.
Cuando nuestros hijos nos ven estar bien y aceptar los sentimientos y emociones difíciles, se les estará dando permiso para hacer lo mismo. Al principio no tendrán habilidades suficientes para poder gestionar las emociones ellos mismos, pero estarás tú para guiarlo. Lo importante es que vean que todo el mundo se siente mal a veces y que tienen la oportunidad de aprender cómo tratar eso.
Asimismo, es imprescindible medir la intensidad de nuestra honestidad emocional teniendo en cuenta lo que nuestros hijos pueden entender. No tienes que exponer a tus hijos a cada sentimientos que tengas, pero sí debes desnudar tu bienestar emocional. Simplemente, es importante que ellos sepan que tú también tienes sentimientos y que los que son difíciles, si se entienden y se manejan, también son buenos para nosotros. Así, les enseñará a entender sus propias emociones y las de los demás.
Comentarios