Padres estrictos que se convierten en abuelos permisivos
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Quizá te quedes con la boca abierta cuando ves a tus padres tratar a tus hijos. En tu infancia estabas acostumbrado/a a la rectitud y a las normas y de repente, bajo el umbral de la envidia, ves cómo tus padres tratan de una forma a sus nietos que jamás te hubieras imaginado que hubieran sido capaces de tratar a los niños pequeños. Recuerdas firmeza, normas e incluso, algún que otro grito cuando te comportabas mal.
Ahora dan igual las veces que tus hijos salten encima del sofá o que se comporten mal, que tus padres siempre tendrán palabras de cariño y amor para dedicarles y enseñarles que deben comportarse mejor. La realidad es esta, y es que los padres que son más estrictos con sus hijos, cuando se convierten en abuelos son los más consentidores e incluso, permisivos.
Abuelos permisivos
Los abuelos deben tener una relación estrecha con sus nietos para que de esta manera, los pequeños puedan obtener de ellos su sabiduría y que su desarrollo emocional sea mucho más fuerte que en el caso de que crecieran sin ellos. Entre abuelos y nietos hay una relación especial que debe mantearse porque esa dulzura es la que necesitan los niños. Necesitan ese afecto y no siempre las normas y límites que encuentran en casa (y que así debe ser).
Los abuelos cuando antes eran padres, se preocupaban de que sus hijos tuvieran normas y límites. Pensaban en la educación que sus hijos debían tener para que se desarrollasen como personas de éxito. Quizá para conseguir todo eso fueron demasiado estrictos y de algún modo se resienten del tiempo dulce perdido con los hijos (pero que era necesario para que pudiesen crecer bajo normas y límites).
Ahora, las cosas han cambiado y quienes se deben de ocupar de las normas y límites de sus nietos son sus hijos, es decir, los padres de los pequeños. Ellos pueden ser más flexibles y vivir con más tranquilidad su rol de abuelos. La severidad de ser padres se ha acabado, no necesitan imponer normas ni reñir a nadie. Ese tiempo se ha acabado, ahora pueden ser dulces y simplemente consentir a sus nietos lo que no pudieron consentir a sus hijos.
El gen CD33
Existe un gen que se llama CD33, que protege a las personas mayores de la demencia y evoluciona para que puedan conectar con sus nietos y gozar de una segunda juventud. ¡La naturaleza es sabia hasta para conectar abuelos y nietos! Porque es un vínculo que se debe cuidar y fortalecer, aunque por las circunstancias de la vida se deba vivir lejos.
El gen CD33 en realidad se cree que es un error genético que solo existe en los humanos y sirve para que las personas sean capaces de mostrar afecto hacia sus descendientes (incluso hasta la tercera línea en las ocasiones que las personas tienen la fortuna de conocer).
En la actualidad las personas tienen más esperanza de vida que siglos anteriores por lo que tienen más tiempo para poder disfrutar de los nietos, bisnietos o tataranietos (los más afortunados). Este “error” genético que solo tenemos las personas, es sin duda el error más bonito que puede haber tenido la naturaleza, ¿o no?
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