Padres colonizadores en la escuela, ¿hay que poner remedio?

Desgraciadamente el bullying o acoso escolar es un tema que está demasiado presente en todos los centros educativos del mundo. Parece que poco a poco se destapan más casos y se ayuda a las víctimas (y a veces incluso, a los acosadores), pero la realidad es que sigue siendo un tema que afecta a millones de niños y adolescentes. Es importante que ellos se den cuenta de que no deben sufrir esto en silencio y que tienen que buscar ayuda lo antes posible.

Es complicado atajar el bullying por completo cuando, por parte de los padres suele haber comportamientos poco deseables… Solo hay que ir a un partido de fútbol o ver cualquier programa de televisión para darse cuenta del pésimo ejemplo que muchos adultos dan a los niños diariamente. La esperanza que existe es que comenzamos a darnos cuenta de ello, hablando de lo que ocurre e intentando poner freno a ciertas conductas adultas que afectan enormemente a los niños.

Ni víctimas ni acosadores

Ante el bullying las personas no podemos quedarnos como meros espectadores… puesto que el acoso siempre va mucho más allá del daño psicológico o físico que pueda ocasionar. En muchas ocasiones el acosador es un reflejo de la sociedad que estamos creando a través de los medios o de los ejemplos que los adultos muestran diariamente.

Cualquier motivo es bueno para criticar a otro, como que se sale de la “norma”. Lo peor de todo, es que la sociedad sigue estando “ciega” sin ver lo que ocurre delante de ella.

¿Se echan balones fuera?

Se siguen echando balones fuera en cuanto a los problemas escolares. Los padres enseñan a los niños varios idiomas, pero se olvidan de la educación emocional. Padres que en la escuela hacen el vacío a otros padres solo porque “no son como ellos”. Padres que critican a otros delante de los niños, que excluyen a los hijos de otros padres solo porque son “los hijos de…”. Esto lo ven los niños, y lo aprenden. Aprenden a criticar sin motivo, a discriminar, a hacer el vacío, a acosar…

No se habla de otras realidades ni se trabaja la empatía, algo que sin duda, acabaría con muchos problemas de acoso. ¿Para qué sirve tener unas estupendas calificaciones cuando en educación emocional se suspende continuamente en la vida real? Para acabar con el acoso hay que crear conciencia y trabajar diariamente, desde el ejemplo, desde el hogar.

Padres colonizadores

Hay conductas en los padres poco aceptables como hemos comentado más arriba, pero son conductas que se camuflan. Existe cierta confusión en los roles de los padres en las escuelas, intentan imponer su autoridad sobre los profesionales que trabajan con sus hijos. Las competencias del profesorado son cuestionadas de forma sistemática por padres e incluso por los alumnos.

Comienzan a haber conflictos entre adultos y los padres no toman partido, los profesionales tampoco cambian la dinámica de la situación y los niños adoptan conductas negativas en cuanto al comportamiento social. Los padres fomentan comportamientos de bullying que hay que tener en cuenta puesto que son conductas silenciosas que tienen un gran impacto en el acoso escolar entre los niños y adolescentes.

Es necesario detectar este tipo de comportamientos entre adultos para que los niños no se conviertan en objetivos de la frustración adulta. Los adultos no somos espectadores y debemos de tomar partido cuando veamos que existe un comportamiento negativo ante otra persona, ya sea un adulto o un niño. Los adultos debemos ser un ejemplo de buen comportamiento en todo momento, tanto en casa, como en la escuela u otro contexto.