Educación

Padre da las gracias a todos los compañeros de la clase de su hijo con autismo

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Padres hijo autista
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Si eres padre o madre sabrás que no es para nada fácil criar a un hijo. Cada día está lleno de nuevos retos y es más que probable que te preguntes una y otra vez si realmente lo estás haciendo bien. No hay instrucciones para ser padre o madre, nadie te dice cómo lo tienes que hacer ni tampoco cuál es el método correcto. Si criar a un hijo es complicado, aún se complica más si tiene necesidades especiales como por ejemplo, si tiene autismo.

Educar a los hijos es difícil pero también se puede hacer más complicado cuando los hijos van a la escuela y no sabes cómo lo pasan allí, si tienen problemas o no con los compañeros, si los profesores les tratan bien, si se sienten integrados, si van felices o no a la clase cada mañana.

Hugo, el niño que se quedaba solo

Hugo es un adolescente que le diagnosticaron autismo cuando tenía tres años y medio. Pasaba los recreos solo sentado en un banco, nadie le hablaba, no le invitaban a ningún cumpleaños, no tenía amigos. Sus padres, Javier y Mª José decidieron cambiarle de colegio porque no soportaban que su hijo tuviera que pasar de esa manera los días de escuela. Así que decidieron cambiarle al colegio As Mercedes de Lugo, y fue la mejor decisión que tomaron.

Pasó de estar absolutamente solo a tener una pandilla de amigos, a que le invitaran a los cumpleaños, a hacer excursiones con sus compañeros… este cambio lo hicieron cuando Hugo estaba a punto de cumplir 9 años.

Escuela As Mercedes

En la escuela hay otros 4 niños con diversidad funcional, por lo que ya saben sobre integración en la escuela. El primer día de escuela, Hugo estaba solo en el patio porque es a lo que estaba acostumbrado, pero le invitaron a tirar un penalti y pronto comenzaron a hablar con él. Gracias a la interacción de los demás, Hugo comenzó a ser feliz e iba contento a la escuela, sabiendo que allí tenía amigos.

El profesorado apoyó a Hugo desde el primero momento, pero fue la respuesta de los niños lo que hizo que Hugo cambiase a mejor su comportamiento. Los niños entendieron rápidamente que Hugo para expresar sus emociones lo hacía de una forma diferente y encontraron la solución a la comunicación a través de un libro con pictogramas.

Agradecimiento a los compañeros

Los padres de Hugo se sentían tan agradecidos por cómo trataron a su hijo desde el primer día de clase y cómo el pequeño había cambiado a mejor gracias a eso, que querían darles las gracias. Por este motivo, Javier fue a la escuela a agradecer a la comunidad docente, a los padres de los otros niños y a los niños el cómo les habían acogido y querido durante todos los años que pasaron de escuela, ahora Hugo irá al instituto.

Javier se emocionó cuando habló delante de los 32 compañeros de su hijo. Les agradeció cómo se comportaron con él sin pedir nada a cambio, y que aunque se cambiase de institución educativa, esperaba que no perdieran el contacto y que siguiesen siendo grandes amigos.

La experiencia de Hugo es una lección para todos, para aquellos que no querían jugar con él en su primera escuela por ser ‘diferente’ pudiendo ser capaz de relacionarse con un poco de tolerancia por parte de los demás. Una lección para los niños que sí fueron sus amigos, porque quizá antes no se imaginaban que serían capaces de entender tan bien a una persona con autismo. Lo que importa de todo esto, es que no hay discapacidad en las personas más que en el corazón de quienes no tienen tolerancia. Porque como dijo Pablo Pineda: ‘No existen las discapacidades, si no las distintas capacidades’.

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