NUNCA digas: ‘Espera a que venga tu padre’
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En el título hago referencia al padre pero un padre tampoco tiene que decir: ‘Espera a que venga tu madre’. Cuando una madre está enfadada -o un padre- puede decir esta frase a un hijo con una rabieta o que está siendo obstinado, para lograr que haga caso en un momento desesperado de ya no saber qué hacer. No importa si se está en casa o en la calle, ese tipo de frase simplemente no hay que decirla jamás.
Cuando estés en un momento de tensión, donde notes que en tu interior algo no marcha bien del todo y que tienes ganas de gritar o de mostrar tu parte más oscura a tus hijos, tendrás que detenerte de forma inmediata. Entonces cierra los ojos, respira y di en tu interior: ‘Realmente soy una madre/un padre decente. Este momento no dice nada acerca de mi ni tampoco de mi hijo, soy buen padre/buena madre y mi hijo es un buen chico/buena chica’.
No es la única solución
Cuando un padre o una madre se sienten desbordados y no saben cómo actuar deciden quitarse responsabilidad e intentar la única munición que les queda: la amenaza del otro progenitor. En ocasiones, cuando esto ocurre el niño o la niña puede parar lo que está haciendo y no querer que el otro progenitor se entere de lo que está ocurriendo en ese instante. Hay madres (y padres) que sienten que las tropas de combate es el padre (o la madre en caso del padre) y se escudan en el: ‘Como se entere tu padre…’, ‘Cómo venga mamá te vas a enterar’, etc. Pero decir esto, NUNCA debe ser una opción.
El sentimiento de derrota
Es posible que en alguna ocasión cuando ya no sabías qué más hacer, cuando sentías que no tenías ninguna ayuda delante de las rabietas de tus hijos o te sentías tan cansada (o cansado) emocionalmente que no sabías encontrar otra solución, te centraste en esa frase solo para intentar que tus hijos pudieran comportarse adecuadamente. Estabas dándote cuenta de que lo que estabas haciendo, simplemente no estaba funcionando y querías, a la desesperada que tus hijos se calmaran o que hicieran lo que tú les estabas pidiendo.
Pero cuando esto ocurre, en lugar de sentirte como si hubieras obtenido una pequeña victoria como madre o padre, te sienten derrotado/a y enfadado/a contigo mismo/a por lo que acabas de decir. Probablemente, también te prometas no volver a decir una frase así nunca.
Te estás quitando autoridad
Cuando amenazas a tus hijos/as con la amenaza de papá o mamá, les estás diciendo que no tiene que escucharte a ti, que no deben obedecer a la persona que está justo en frente de ellos. Le estás diciendo que tu palabra no es la última palabra, estás mostrando tu inseguridad como padre/madre. Les dices que el otro progenitor es el jefe y que tú no tienes el mismo poder que él/ella.
De esta manera estarás haciendo al otro progenitor más potente simplemente porque no sabes qué más hacer o qué más decir. Si dices cosas como: ‘Espera a que tu padre -o madre- se entere de esto’, tu hijos aprenderán a que lo que tú les estás diciendo, simplemente no es valioso, y pensarán que tú no eres tan valioso como el padre o la madre -el otro progenitor-. Dejarán de respetarte. Tus hijos estarán aprendiendo esto porque es lo que tú les estás diciendo.
No necesitas tropas de combate
Pero la realidad es que no necesitas tropas de combate, realmente no necesitas combatir. No hay nadie más poderoso que tú por lo que no necesitas amenazar a tus hijos diciendo que vendrá el otro progenitor a poner orden. Aunque no siempre tengas las respuestas, los niños no necesitan saber eso, ellos necesitan disciplina positiva. Ellos, sólo tienen que saber que la madre es tan importante como el padre y a la inversa.
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