Educación

¿Cómo poner normas a los niños de 2 años?

Las normas en un niño de 2 a 3 años

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Niño de 2 años
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Un niño sin normas no suele ser un niño feliz. Los niños necesitan pocas normas, pero claras, ya que estas no solo les permiten saber lo que los demás esperan de ellos, sino que en muchos casos también sirven para protegerles y les transmiten seguridad y confianza. Sin embargo, poner normas y límites a niños de dos años suele ser complicado ya que se trata de una etapa difícil del desarrollo, aunque eso no da carta abierta a los padres para que caigan en un estilo educativo permisivo que terminará causando más daño que bien.

Lo primero es lo primero: Ponerse en el lugar de los niños

Antes de poner normas, es importante comprender el mundo infantil a los dos años, una edad marcada por el egocentrismo, las rabietas y el negativismo. En esta etapa de la vida, los niños muestran una actitud muy egocéntrica, todavía creen que el mundo gira a su alrededor y les resulta muy difícil ponerse en el lugar de los demás.

Esa actitud egocéntrica puede hacer que se enfaden cuando no consiguen inmediatamente lo que quieren, lo cual desencadenará la correspondiente rabieta. De hecho, en esta etapa del desarrollo los niños pueden volverse muy demandantes y caprichosos.

Dado que también están dominando nuevas habilidades físicas, es normal que se sientan más independientes y quieran explorar, pero la dependencia que aún tiene del adulto pues hay muchas cosas que no pueden hacer por su cuenta, también les frustra. Es probable que tu hijo se empecine en hacer las cosas por sí solo y cuando no lo consiga, se enfade, llore y tenga una rabieta.

Los dos años también suelen estar marcados por el negativismo. Los niños acaban de descubrir el poder del “no” y quieren utilizarlo, por lo que es la primera palabra que suele salir de su boca. Se vuelven más tercos y testarudos, negándose prácticamente a todo. En realidad, se trata tan solo de una fase de autoafirmación en la que están echando las raíces de su personalidad.

Los límites y las normas, junto al amor y la paciencia, ayudarán a los padres a salir de esta etapa complicada, reforzando además la capacidad de autorregulación infantil. También le ayudarán a aprender a lidiar con la frustración, podrán comprender que no siempre pueden salirse con la suya y que es esencial respetar y ponerse en el lugar de los demás.

Normas en niños y niñas de 2 a 3 años

Las reglas para poner normas a los niños pequeños

  • Determina las tareas que puede y que no puede hacer. Tu hijo querrá sentirse mayor, por lo que es conveniente que le vayas dando cierta autonomía. Deja que se vista solo, se cepille los dientes o te ayude con algunas pequeñas tareas del hogar, como doblar la ropa. No obstante, asegúrate de que también comprenda qué cosas todavía no puede hacer.
  • Pon normas claras. Debes cerciorarte de que tu hijo comprende las normas. A los dos años, esas normas deben ser muy claras, no puedes preguntarle si le gustaría bañarse, sino indicarle que ha llegado la hora del baño. Lo mejor es que le avises con un poco de antelación para que se vaya preparando psicológicamente y no se frustre. Puedes decirle, por ejemplo: “cuando termine ese dibujo animado tendrás que ducharte”.
  • Que todos los adultos de casa respeten las normas. La inconsistencia educativa suele causar estragos en el desarrollo infantil. Por tanto, es importante que ambos padres pacten las normas que se aplicarán en casa y las hagan cumplir por igual. Si el niño detecta que uno de los padres suele ceder, intentará aprovecharlo a su favor.
  • Di “no” cuando sea necesario, pero usa también palabras positivas. A veces, por la propia seguridad del niño, es mejor decir un “no” firme. Tu hijo debe comprender que algunas cosas no están permitidas, como pegarle a su hermano, por ejemplo. No obstante, siempre que sea posible, asegúrate de usar un lenguaje positivo. Por ejemplo, en vez de referirte al desorden que ha causado mientras jugaba, puedes referirte a lo bonita que se vería la habitación si estuviera recogida.

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