La norma 10/20 que garantiza la seguridad de tu hijo en el agua
Una forma de mantener a tu hijo a salvo en el agua
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En verano muchas familias apuestan por ir al mar o la piscina con los más pequeños de casa. Sin duda, es un plan muy divertido y refrescante que los peques disfrutan muchísimo, pero también encierra algunos peligros. ¿Sabías que entre 2011 y 2015 murieron ahogados 147 menores de 9 años en piscinas privadas? De hecho, según la Asociación Nacional de Seguridad Infantil el ahogamiento es la segunda causa de muerte en la infancia, solo superada por los accidentes automovilísticos.
Afortunadamente, existen algunas medidas de prevención que ayudan a evitar este tipo de accidentes y a proteger la vida de los niños en todo momento. La norma 10/20 es una de estas medidas.
¿Qué es la norma 10/20?
De cara al verano, la Asociación Nacional de Seguridad Infantil ha impulsado una campaña para alertar a los padres sobre el peligro que corren sus hijos en el agua y ha apostado por la norma 10/20 para enfatizar en la importancia de la prevención. Básicamente, la norma 10/20 se trata de una estrategia que aboga porque los padres miren al agua cada 10 segundos y se mantengan a una distancia de la misma que puedan recorrer en tan solo 20 segundos.
Esta estrategia garantiza que los padres se mantengan supervisando a sus hijos y que no los pierdan de vista ni un solo minuto ya que cualquier distracción puede resultar fatal. De hecho, se estima que alrededor del 30% de los niños que han muerto ahogados no contaban con la supervisión de sus padres en el momento del accidente. La norma 10/20 contribuye además a que los padres se mantengan cerca de los pequeños para actuar rápidamente en caso de accidente.
Otras 3 medidas que también pueden proteger la vida de tu hijo
1. Apuesta por la educación temprana
Enseñar a nadar al niño desde pequeño puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en caso de un accidente en el agua. De hecho, para que sea más fácil puedes comenzar desde que es un bebé ya que aún conserva su reflejo natatorio y de apnea, el cual le permitirá desenvolverse con más facilidad dentro del agua. También es conveniente que desde edades tempranas le alertes sobre los riesgos que puede correr en el agua y que le expliques qué debe hacer si llegara a encontrarse en una situación de peligro.
2. Cumple con las medidas básicas de protección
Actuar de forma imprudente aumenta las probabilidades de que tu hijo tenga un accidente en el agua. Por eso, es importante que antes de que el pequeño entre en la piscina o la playa verifiques que cumples con todos los requisitos de protección. Por ejemplo, asegúrate siempre de que el pequeño lleve flotadores y tenga a mano un salvavidas, al menos hasta que cumpla 8 años e independientemente de si sabe nadar o no. Asimismo, verifica que en la zona donde vaya a bañarse esté permitido el baño para los niños, lo mismo si se trata de una piscina o de una playa.
3. Evalúa todos los posibles riesgos
Antes de permitir que el niño se bañe solo en una piscina o en la playa evalúa todos los riesgos posibles para reducir el riesgo de accidentes. Si estás en una piscina, cerciórate de que cuente con todas las medidas de protección para garantizar la seguridad del pequeño en todo momento, sobre todo que tenga suelo antideslizante y una entrada tipo playa. También échale una ojeada al sistema de drenaje y verifica que sea seguro, así evitarás que el pequeño se pueda quedar atascado. Si estás en la playa, evalúa las condiciones climatológicas y si estas son adecuadas para que tu hijo se bañe de forma segura. Asimismo, verifica que haya un socorrista cerca que pueda ayudar al niño en caso de accidente.
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