No rompas los sueños de tus hijos; los niños son delicados
Los niños necesitan ser niños
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Quizá te acuerdes poco de tu infancia aunque en ocasiones al ver a tus hijos, sientas el reflejo de la inocencia. Los niños tienen su propio ritmo de crecimiento y no hay que intentar forzarlo. Estos pequeños aprenden a andar, caminar o a hablar, cuando están preparados para hacerlos y no antes. Por mucho que intentes forzarlos a lograrlo antes, no lo harán y si les fuerzas demasiado, pueden frustrarse e incluso, tardar más en conseguirlo.
Los padres no pueden obligar a sus hijos a hacer las cosas que no quieren realizar, porque aunque lo hagan a disgusto, a la larga dejarán de hacerlo porque no les ha salido de dentro del corazón. Los niños son seres inocentes, que están llenos de sueños, esperanzas, ilusiones… Su mente es libre, y así debe mantenerse.
No aceleres el ritmo de tu hijo
Existen padres que creen que si aceleran el ritmo de sus hijos llegarán más lejos en la vida, pero esto no es así. ¿Es necesario que un niño tenga que sentir el estrés que sufre un adulto solo para que mejore sus competencias o para que sea mejor en algo? Niños que con tan solo 4 o 5 años están apuntados a clases de inglés, música, artes marciales… Siendo esas extra escolares únicamente un estorbo en su infancia: les roban horas preciosas en las cuales deben disfrutar de ser niños en su hogar.
Vivimos en una sociedad que está en constante evolución, es cambiante, superficial y materialista. Es difícil encontrar relaciones humanas que realmente sean de verdad, la falsedad está a la orden del día. Esto también afecta a los niños. Niños cuyos padres quieren mostrar por su superficialidad, cómo sus hijos son mejores que el resto, por ello les obligan a competir para ser siempre los mejores. Cuando los niños solo deberían ser niños y los padres, deberían centrarse en las relaciones humanas más importantes de su entorno, las que realmente merezcan la pena, aunque éstas, sean pocas. Así los niños aprenderán que la calidad es mejor que la cantidad y sobre todo, aprenderán una forma de ser real y no superficial.
Un precio emocional demasiado alto
A los niños no se les debe forzar a que aprendan a leer a los 4 años. Ellos mismos tienen un proceso natural para conseguirlo siempre y cuando se les den las herramientas necesarias. Pero en ningún caso deben conocer el estrés, la ansiedad o la frustración a edades tan tempranas, únicamente, para que puedan ajustarse a las expectativas de los padres.
Los niños tienen una mente libre, llena de creatividad, imaginación y sueños. Todo esto debe tratarse con delicadeza ya que están formando su personalidad y tejiendo sus sueños. Si no se les permite hacerlo el coste emocional puede ser demasiado alto. Pueden acabar siendo niños llenos de ansiedades, miedos, inseguridades y todo, por satisfacer al adulto en lugar de satisfacer sus propias inquietudes.
La importancia de criar desde el respeto
Es necesario que los padres echen el freno de mano a su estrés diario, a la competitividad o a ir demasiado acelerado en la vida. Los niños necesitan que los padres tengan una crianza más lenta, basándose en el respeto hacia ellos sin tener que querer llegar a absolutamente todo. La crianza debe ser respetuosa y ejercer siempre un refuerzo positivo hacia los niños.
Para conseguirlo y para respetar los sueños y la mente de tus hijos, para que su inocencia no se vea rota, hay que educarles sin gritos, sin golpes. Las normas y los límites siempre serán necesarias y nunca les generarán traumas, esto es necesario para que se críen sintiendo seguridad y control en sus vidas, para saber que sus padres son ‘los líderes de la manada’. Unos líderes que saben escuchar, que tienen paciencia y sobre todo, que saben guiar a sus hijos en el camino de la vida.
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