Niños que llaman la atención: niños que necesitan tu comprensión
Una llamada de atención siempre quiere decir algo
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Hay veces que los niños pueden crispar los nervios a los adultos, que parece que todo lo que hacen es para poner al límite al adulto, para hacerle sentir mal y que acabe gritando o castigando a los pequeños. Pero no es así. Un niño nunca quiere llamar tu atención y menos hacerlo de mala manera. Un niño que no tiene un buen comportamiento no es un niño malo… solo es un niño que necesita tu comprensión.
En muchas familias los niños pueden insistir en ser el centro de atención y asegurar su posición con un comportamiento diseñado para llamar la atención de los padres una y otra vez. El niño que vea como sus padres le prestan atención cuando se comporta mal gracias al refuerzo negativo, volverá a comportarse mal porque habrá aprendido que de esa manera sus padres le prestan atención, aunque no sea como a él realmente le gustaría.
Cuando el refuerzo negativo ocurre un niño utilizará las amenazas, las decepciones, las peleas, los gritos o las rabietas para que sus padres se den cuenta de que necesita ser comprendido. Este ‘mal comportamiento’ puede ser activado por lo más trivial. Si crees que tu hijo tiene un mal comportamiento, ¿alguna vez te has detenido para saber qué es lo que le pasa exactamente?
Tu hijo no quiere ser difícil
Tu hijo no quiere ser un niño difícil. NO quiere enfadarte… solo ha aprendido a construir este tipo de comunicación inadecuada. Quiere ser feliz y que todos sean felices a su lado también en la familia. Pero cuando a un niño se le activa su centro emocional se envía una fuerte señal de alarma al cerebro porque en ese momento, el pequeño siente que tiene miedo, que está solo y que necesita ayuda para poder calmarse de nuevo.
Un niño que no es capaz de relajarse sin llamar tu atención de forma directa es porque se ha atascado en ‘modo peligro’ y no sabe salir de él. Es probable que haya aprendido esto durante mucho tiempo. Es complicado comprender y satisfacer las necesidades emocionales humanas… Las personas hemos sido entrenadas para ver las emociones intensas como una señal de que las cosas no van bien. Muchos padres creen que deben calmar inmediatamente a sus hijos en cuanto estallan, sin necesidad de comprender qué hay detrás de esas emociones desbordadas. Pero si un niño deja de llorar sin entender sus emociones y sin que el adulto haga el intento de comprenderle… dejará una sensación de trastorno emocional dentro del niño.
Comprender qué ocurre detrás del comportamiento
Ignorar una rabieta y hacer como que no existe no es la solución en absoluto. Un niño necesita que sus padres o adultos de referencia estén a su lado, que le comprendan y que puedan conectar con él emocionalmente. Para esto, es necesario que aceptes que tu hijo está sufriendo y que necesita expresar qué es lo que le ha llevado a comportarse de esa manera y a sentirse así.
Acepta sus sentimientos, ten en cuenta que está aprendiendo y que está creando su mundo, está aprendiendo a relacionarse y a afrontar las cosas… por eso es tan necesario que respetes sus sensaciones y que le ayudes a comprenderse, a que ponga palabras a sus emociones. Pero si tu hijo se enfada a causa de una petición, entonces si consideramos que no debe ser satisfecha se le explica aunque no te quede claro si lo ha comprendido del todo.
Así, el mensaje que le das es: ‘Entiendo y atiendo tu dolor, porque estoy a tu lado y puedes confiar en mí, lo que pides no te lo voy a conceder por razones lógicas -no es una imposición, es una decisión-. Pero estoy aquí para ayudarte a gestionar tu frustración emocional por no conseguir lo que quieres’. Con este mensaje y poco a poco, irá reconociendo sus emociones y a gestionarlas de una forma eficaz.
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