¿Un niño siente más seguridad emocional cuando está con su madre?
[mashshare icons=»1″]
Hay estudios del Departamento de Psicología de la Universidad de Washington que ponen de manifiesto que los niños se comportan mucho peor cuando están las madres con ellos que cuando están los padres, y que la cosa se pone peor cuando los niños son menores de 10 años. Existen casos en que los niños de pocos meses de edad pueden estar tranquilamente jugando pero cuando ven a su madre entrar por la puerta de la estancia, su comportamiento empieza a cambiar y los lloros y las rabietas son los protagonistas hasta que recibe la atención inmediata de su madre. Esto parece que no ocurre con los padres, quienes aseguran en el estudio que en ocasiones se sienten aliviados al no tener que «soportar» este tipo de situaciones.
Qué muestran las investigaciones
Las investigaciones hechas dentro de este ámbito, muestran que aunque tanto el padre como la madre tengan los mismos métodos disciplinarios, los niños serán mucho más sensibles a las instrucciones cuando se habla en un tono normal cuando no proceden de la madre.
Con mamá y con papá
Los bebés y los niños comparten el sentimiento de supervivencia con sus madres, junto con un vínculo emocional muy fuerte por lo que si no están bien serán las madres las que más les ayuden a encontrar el bienestar. Con los padres, aunque existe también un vínculo fuerte los asocian más al juego que a la supervivencia. Las madres suelen ser el cuidador principal de los niños, por lo que ellos se sienten más cómodos expresando sus sentimientos más internos y fuertes. Así que piensa que si tu hijo actúa de este modo para llamar tu atención, es más que probable que sea una señal de que está muy seguro a tu lado.
Parece una transformación
Realmente este tipo de comportamiento parece una transformación y así lo es. Esto se debe a que el cerebro de tu hijo está en un rápido desarrollo. Empezará a recordar qué es lo que quiere más a menudo y empiezan a entender hasta dónde pueden llevar las cosas en las relaciones con los demás para conseguirlo. Por eso, si tu hijo tiene un mal comportamiento contigo será necesario atajar esta situación cuanto antes y encontrar los límites para frenarlo. Las rabietas en los niños pequeños son muy normales, pero si tu hijo es algo más mayor es posible que estés en luchas de poderes en más ocasiones.
Debes mantener tu autoridad
Pero recuerda que mantener tu autoridad no significa que tengan que temerte, ¡ni mucho menos! La flexibilidad y el cariño son las armas más importantes, pero siempre junto con una autoridad positiva. Si tu hijo llora cada vez que te ve no significa que debas ser víctima de sus demandas aunque te parezca tentador ceder (sobre todo si está en mitad de una rabieta). Pero tus hijos necesitan límites y deberás aprender a establecerlos y a cumplirlos.
¿Cómo establecer los límites?
Para poder hacerlo bien y evitar guerras de voluntades deberás advertir a tu hijo antes de que ocurra la lucha de poder. Por ejemplo si es hora de dormir y tu hijo está jugando con los coches, puedes decirle algo como: «Cariño, ya es hora de dormir, así que puede jugar dos minutos más y cuando se acabe el tiempo el juego se habrá terminado. Es hora de prepararse para ir a la cama». Así podrá anticipar que el juego a terminado.
Otra opción que me gusta mucho y que siempre funciona es darles alternativas y opciones para que decidan ellos mismos (de cosas previamente pensadas por ti). Por ejemplo, si tenéis que salir a la calle puedes preguntarle qué chaqueta quiere ponerse o si se quiere poner los zapatos contigo o él solo.
Recuerda que tu hijo no tiene por qué comportarse peor contigo (si quién me lee es mamá), todo dependerá del tipo de límites y educación que estés estableciendo en casa. Porque personalmente te puedo asegurar, que mi hijo nunca se ha comportado peor conmigo que con su padre… y es que todo dependerá de cómo le eduques desde que son bebés.
Comentarios