Un niño que recibe amor sabrá amar siendo adulto
El amor todo lo puede
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Muchos adultos hoy en día no saben amar realmente al prójimo. En la gran mayoría de los casos esto ocurre cuando en su infancia no han recibido amor correctamente. Cuando no han sido amados o incluso, cuando el amor que han recibido no ha sido real, sino que ha sido un amor tóxico, de otras personas (normalmente los padres) que tampoco sabían amar de forma correcta.
Los niños desde que nacen aprenden del mundo que les rodea y sobre todo de los padres. Pero no solo aprenden lo que ven, sino también lo que no ven. Las emociones y los sentimientos se enseñan y se contagian. Las emociones se quedan conectadas en la mente y en el cuerpo de los más pequeños y esto, ayudará a desarrollar la capacidad de amar o de no amar de los niños.
El mundo emocional de los niños
Los niños crecen en muchos aspectos, crecen físicamente, cognitivamente y también lo hacen emocionalmente. La Inteligencia Emocional de los niños dependerá de los intercambios emocionales que reciban de sus seres más cercanos, esto les enseñará a ver el mundo emocional propio y también el de los demás. La empatía, el amor y el respeto no nacen de la nada, se aprenden y se forjan cuando se reciben del otro.
El amor es el mejor alimento para el alma de cualquier persona, pero sobre todo para el corazón de los niños. El amor incondicional hacia los niños les ayuda a que su autoestima crezca, a que su identidad se fortalezca y a que su personalidad le permita convertirse en una persona segura de sí misma. El amor hacia los niños acabará con los miedos y les ayudarán a desarrollarse de forma equilibrada, a convertirse en adultos que sabrán amarse a sí mismos gracias al haber sido amados y que por tanto, también sabrán amar a los demás desde el respeto y la empatía… Tal y como ellos fueron amados en su infancia.
Para que el mundo esté lleno de amor y no tanto de envidias, celos o guerra… Tendremos que reflexionar y empezar a amar a los niños tal y como merecen: de forma incondicional y con todo el respeto del mundo. Esto nos ayudará a los adultos a ser conscientes de la necesidad de amor para el desarrollo de las personas.
El entendimiento de las propias emociones es necesario para poder entender la de los demás, comprenderlas y además, potenciar una comunicación abierta donde la expresión y la comprensión de los sentimientos de los demás sea lo más importante. Las técnicas de autocontrol, el control de la ira o del enfado, la flexibilidad hacia nuevas situaciones, los abrazos en cualquier momento o las palabras cargadas de amor… Todo esto es importante para mostrar amor a los niños y que aprendan la verdadera importancia de las interacciones humanas: el respeto afectuoso.
Dale todo tu amor y sabrá amar
Para lograr que los niños aprendan a amar se debe trabajar directamente en su salud emocional, por eso es importante tener presente que el cerebro cambia y se modifica constantemente y cuando recibe amor, mejora indudablemente. La educación es fundamental para que los niños aprendan una buena base de Inteligencia Emocional, por ejemplo a través de la disciplina positiva y la educación emocional… Los padres serán su mejor apoyo y su guía.
Poner nombre a las emociones en cualquier circunstancia y aprender a enfrentar aquello que puede hacer sentir cierta perturbación es esencial para cualquier persona y también para los niños. Los niños deben tener alas para volar y el adulto jamás deberá cortárselas. Un adulto que muestra empatía, respeto y confianza en los niños permitirá que los pequeños vuelen y evolucionen con gran confianza en sí mismos y con una autoestima que les permitirá desarrollarse de forma equilibra. Si quieres que tu hijo se convierta en un adulto que sepa amar de forma sana y equilibrada, empieza por amarle de forma incondicional.
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