Mindfulness en la escuela
El mindfulness solo obtendrá resultados positivos
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Cada vez son más las voces que se atreven a cuestionar cómo está la educación en las aulas de todo el mundo y parece que solo las pedagogías alternativas son las adecuadas y perfectas para el desarrollo de los niños. No, esto no es así. Si bien es cierto que existen nuevas pedagogías con buenas ideas y valores, la educación ‘de toda la vida’ no tiene que ser vetada. Es verdad que la educación tradicional debe reformarse para poder adaptarse a las nuevas generaciones y en esto sí estaremos de acuerdo. La educación es beneficiosa en las aulas, no es necesaria utilizar pedagogías nuevas, ni tampoco un método tradicional… lo que importa es que los docentes que están frente a sus alumnos, realmente crean en su profesión.
Al igual que la salud física, la salud mental es muy importante para todas las personas, también para niños y adolescentes. Por eso, cuando no se trabaja en edades tempranas, los niños y adolescentes son muy vulnerables a tener sentimientos negativos. Existen investigaciones que se centran en las formas positivas en las que podemos fortalecer nuestra salud mental. La meditación consciente sigue apareciendo como una poderosa manera de conseguirlo.
Mindfulness
El mindfulness cambia la estructura y la función del cerebro de forma positiva. Existen investigaciones que demuestran todos sus beneficios y es que son muchos y todos positivos. Por ejemplo, la meditación o mindfulness disminuye la ansiedad, conserva la materia gris del cerebro, reduce la depresión y el estrés, mejora la calidad del sueño y un largo etc.
Sabemos que hace grandes cosas para los adultos, los niños y los adolescentes… pero hasta ahora había poca evidencia científica sobre los beneficios de la incorporación de una práctica de meditación en el aula.
El mindfulness implica estar completamente presente en un tiempo, como pensamientos y experiencias que van y vienen. En lugar de dejar que se queden tiempo suficiente para convertirse en una preocupación o una sensación que se queda demasiado -se entromete en los pensamientos- hay que dejar que estos pensamientos pasen y que las personas los miren como observadores.
El mindfulness y los niños
Los resultados del estudio demostraron claramente la capacidad de estos programas para impactar positivamente en el bienestar de los estudiantes y los profesores de una forma progresiva. En el estudio participaron 7 escuelas del interior, 4 del exterior y una escuela regional. En total fueron 1853 estudiantes y de todos ellos 104 participaron. Los maestros fueron capacitados en el mindfulness y en el programa ‘Mente Sonriente’ para realizar este programa con los alumnos cinco semanas. Después, los estudiantes fueron asignados al azar en dos grupos -uno hizo meditación y mindfulness y el otro no lo hizo-. Se pidió a los profesores y estudiantes que utilizaran este programa tres veces por semana.
Al final del ensayo, los profesores y los estudiantes se dieron cuenta que tuvieron mejoras significativas en varias áreas clave, incluyendo la calidad del sueño, el bienestar, la capacidad de gestionar y aceptar las emociones, la concentración y el comportamiento en la escuela. Los estudiantes que encontraron mayores mejoran eran los que tenían mayores niveles de angustia emocional al comienzo del programa. Es importante destacar que también hubo una reducción significativa en el comportamiento disruptivo en el aula y en los casos de intimidación.
Esto no es necesario trabajarlo en el aula, se puede trabajar en cualquier lugar, pero es buena idea inculcar a los niños y adolescentes este hábito para mejorar su calidad de vida. Lo importante es hacerlo y hacerlo con regularidad.
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