A qué tienen miedo los niños según su edad
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El miedo es una emoción adaptativa, que nos sirve para alertarnos de la existencia de un peligro. Eso significa que el miedo no es negativo, el problema es cuando escapa de nuestro control y se convierte en una fobia ya que en ese caso se trata de un temor irracional que afecta nuestro equilibrio psicológico.
En la etapa infantil, es normal que los niños experimenten ciertos miedos, los cuales irán cambiando según vayan siendo capaces de diferenciar la realidad de la fantasía y a medida que su sistema cognitivo se desarrolle.
¿Cuáles son los principales temores infantiles?
Bebés y niños pequeños (0-2 años)
- Sonidos fuertes y, en sentido general, cualquier cosa que pueda saturar sus sentidos, como pueden ser los truenos, el ruido de la aspiradora o el secador de pelo, el estallido de globos, las sirenas, el movimiento brusco… El problema es que el sistema nervioso de los bebés aún es muy inmaduro, por lo que cuando llega demasiada información de repente a través de los sentidos, simplemente se saturan y asustan.
- Estar separado de sus padres. Es lo que se conoce como ansiedad de separación, y normalmente se convierte en uno de los primeros temores que experimenta el niño. El problema es que, alrededor de los 8 o 10 meses, el bebé ya se da cuenta de que aunque las cosas desaparecen de su vista, siguen existiendo. Eso significa que comprenden que cuando los padres salen de la habitación, están en algún otro lugar, por lo que desean que vuelvan lo antes posible para no sentirse solos y desamparados.
- Extraños. Cuando el bebé comienza a diferenciar los rostros familiares de los extraños, puede desarrollar una especie de resquemor hacia los desconocidos. Algunos bebés son muy sensibles y se asustan fácilmente con los rostros nuevos o las voces desconocidas.
Niños en edad preescolar (3-4 años)
- Cualquier cosa que se escape de su control y no tenga sentido. En esta etapa, el niño querrá hacer cosas por sí solo, pero cuando debe enfrentarse a un estímulo imprevisto, como puede ser un perro que se acerca con actitud amenazante, le puede parecer aterrador ya que siente que la situación escapa de su control y no sabe cómo reaccionar. El problema es que comienza a darse cuenta de su falta de control sobre el mundo, y cuando no logra darle un sentido a las cosas que le ocurren, reacciona asustándose.
- Novedad. Los niños son curiosos por naturaleza, pero en la etapa preescolar aún están intentando encontrarle un sentido al mundo, por lo que las cosas que no encajen podrían llegar a asustarles, como cuando el tío llega con una barba nueva o la tía se pinta el cabello de dos colores. Para ellos, la familiaridad significa seguridad, por lo que esos cambios hacen tambalear su mundo de manera inesperada, lo cual les genera confusión y temor.
- Monstruos, fantasmas, brujas… En esta etapa la imaginación infantil trabaja a toda marcha, y como los niños aún no son capaces de diferenciar la realidad de la fantasía, todos los personajes que viven en su mente representan un peligro muy real. Por eso, algunos cuentos o dibujos animados que ven en la tele pueden alimentar esos miedos.
Niños en edad escolar (5-6 años)
- Separación de los padres. Este miedo vuelve con más fuerza porque los niños ya son capaces de comprender que a las personas que quiere les pueden ocurrir cosas malas. En algunos casos, el temor puede llegar a ser muy intenso que los niños tienen rabietas o accesos de llanto cuando los padres deben salir de casa y dejarlos con otra persona.
- Oscuridad. Algunos niños comienzan a temerle a la oscuridad mucho antes, pero este miedo suele estar relacionado con la aparición de las pesadillas, que son más comunes en esta etapa del desarrollo. La imaginación infantil sigue jugándole malas pasadas, por lo que es probable que el niño despierte en mitad de la noche, asustado por una pesadilla, y crea que ha sido una vivencia real. Las sombras en la pared o los ruidos cobran protagonismo en esta fase ya que el niño no logra comprender de dónde provienen.
- Escuela. El colegio es una experiencia relativamente nueva para el niño, a la que aún debe acostumbrarse. Es probable que no tenga las reglas muy claras y que el nuevo contexto le abrume un poco, por lo que a esta edad puede temer a que la maestra se enfade con él o que le reprendan por no hacer correctamente las actividades en clase.
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