Mi poder es modelarte para hacerte fuerte y que nadie pueda romperte jamás
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Las madres y los padres de todo el mundo tienen el poder más importante que existe en la vida: modelar a los hijos para que crezcan fuertes y que nadie puedan romperles emocionalmente, que sean capaces de desplegar sus alas. Los padres pueden modelar a los hijos (en ocasiones lo hacen sin darse cuenta) para que puedan ser personas íntegras y con un buen equilibrio emocional. Es imprescindible que todos los padres y todas las madres del mundo sean conscientes de este gran poder que tienen y de toda la responsabilidad que conlleva.
Los padres tienen el poder de crear a niños que se conviertan en adultos fuertes, estables y con ganas de prosperar. Para conseguirlo deberán dotarles de herramientas necesarias para que cuando caigan sepan levantarse, que los padres no eviten las caídas pero sí les enseñen las habilidades suficientes para poder encontrar el camino para levantarse a cada tropiezo.
La seguridad, el amor y la confianza son tres grandes pilares que no pueden faltar en la educación de un niño para que pueda crecer fuerte. Así, su autoestima empezará a crecer de forma equilibrada y nadie tendrá la oportunidad de hacerle daño, porque sabrá que sus heridas sanarán y que todo problema podrá tener solución. El mundo puede resultar un lugar incierto, donde las cosas no salgan cómo queremos siempre, pero también está lleno de posibilidades sin nos fijamos en ellas.
Tú también tienes tu propio poder
El ser humano quiere ser feliz para poder desarrollarse bien y eso se ve en los niños desde que son muy pequeños. Los niños disfrutan del presente y solo quieren estar bien en todo momento. La tristeza no suele ser bienvenida pero es necesario que los niños aprendan que sin tristeza no hay felicidad y que la tristeza (u otras emociones más intensas) nos ayudan a entender qué nos ocurre para poder encontrar el camino de nuestro propio bienestar físico y mental.
Los niños y las personas en general tenemos el poder de entender esa energía interior para poder construir cosas positivas a nuestro alrededor. Hay que vivir el presente y disfrutar de cada segundo, potenciar la sonrisa aunque hayan miedos y por supuesto, no hay que negar las emociones intensas… También hay que sentirlas, para después poder buscar soluciones cuando el alma ya se ha desahogado.
Pero hundirse no es un camino ni tampoco una opción. El ejemplo de ello serán los padres quienes enseñarán a sus hijos que la lucha no puede faltar en su día a día. El ser fuerte es una opción, y serlo no quiere decir que no se llore… Ser fuerte implica llorar, gritar e incluso a veces, sentirse sin fuerzas. Pero después de dar dos pasos atrás se darán cuatro hacia adelante.
El amor de los padres, la comprensión y la enseñanza de habilidades harán que los niños crezcan sabiendo que pueden conseguir lo que se propongan, aunque haya obstáculos o momentos de dificultad. La paciencia y la perseverancia son claves y el apoyo de los padres nunca podrá faltarle a un hijo para construirse fuerte.
Para que los niños desplieguen sus alas y comiencen a volar, deberán aprender que el camino no siempre es fácil, que hay obstáculos y emociones fuertes que pueden intentar aplanar sus fuerzas. Pero cuando se sientan débiles en el camino, nunca estarán solos. Tendrán la mano de sus padres para ayudarles a levantarse y poder encontrar las soluciones más adecuadas a cada situación en concreto.
Aunque hayan ocasiones en que tus hijos en algún momento de su vida se puedan sentir resquebrajados, lo importante es que sepan recomponerse y que no se rompan del todo.
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