Método Singapur: ¿Por qué es tan eficaz para educar a los niños?
[mashshare icons=»1″]
Cada vez más ojos se dirigen hacia Singapur, un país que ha sobresalido gracias a su peculiar método educativo. De hecho, la nación se independizó en el año 1965, cuando tenían una fuerza laboral pobre y poco calificada. Sin embargo, en pocas décadas el país de poco más de cinco millones de habitantes ha superado en los rankings de educación a los países más desarrollados de Europa. ¿Cuál es su secreto?
Los principios básicos del método Singapur
El método Singapur aborda el proceso de enseñanza-aprendizaje desde una perspectiva eminentemente práctica, por lo que dos de sus principios fundamentales son:
- Enfoque concreto-pictórico-abstracto. El objetivo esencial del método Singapur es que el aprendizaje sea sencillo y motivador para los estudiantes. En el caso de las matemáticas, por ejemplo, los niños aprenden primero con elementos manipulativos concretos y luego con elementos prácticos que les permiten representar los problemas. Solo cuando los estudiantes se han familiarizado con esos conceptos, pasan a las representaciones abstractas como los símbolos y los números. Por ejemplo, si los niños deben aprender a sumar, primero utilizan objetos y luego los dibujan, para finalmente pasar a las ecuaciones abstractas.
- Resolución de problemas prácticos. En el currículo del método Singapur los estudiantes suelen trabajar con problemas del día a día, de manera que no existe una brecha entre lo que aprenden en las clases y los problemas que deben enfrentar en su cotidianidad. Los estudiantes comprenden las aplicaciones prácticas de los contenidos. Además, les enseñan a centrarse en sus procesos metacognitivos; es decir, a optimizar el proceso de resolución de problemas analizando cómo funciona su mente. De esta manera los estudiantes logran generar estrategias mentales que facilitan un pensamiento más flexible que les ayuda a solucionar problemas.
Otras peculiaridades del método Singapur son la flexibilidad del currículo y la progresión del nivel de complejidad:
- Currículo en espiral. Los temas se trabajan de manera gradual y se revisan a medida que se va avanzando de nivel, añadiéndole un nivel de dificultad creciente. De esta forma el profesor va evaluando el aprendizaje y adapta el currículo a las necesidades reales de la clase. De hecho, no se divide a los niños según sus habilidades intelectuales sino que todos deben alcanzar un nivel básico antes de pasar al siguiente concepto.
- Variación sistemática. Este principio se basa en la teoría de Zoltan Dienes, que plantea la importancia de evitar la repetición en la enseñanza, un problema que afecta la educación actual y que es una de las principales causas de la desmotivación escolar. En el método Singapur se introducen pequeñas variaciones en los mismos procedimientos, de manera que se logra la repetición pero siempre introduciendo pequeños ajustes que aumentan la complejidad. Así los estudiantes logran memorizar ciertos contenidos pero se mantienen concentrados y motivados, además de aprender a tomar decisiones según las circunstancias.
El rol del profesor en el método Singapur
El método Singapur apunta al trabajo en equipo, tanto en el caso de los estudiantes como de los profesores. El maestro tiene total autonomía para propiciar un debate entre los estudiantes que facilite el aprendizaje. No dicta la clase desde un atril ni se limita a asignar problemas, sino que la clase adquiere un carácter muy interactivo.
Durante el debate, el profesor solo interviene para plantear nuevas preguntas y animar a los estudiantes a que se desafíen entre sí. No interviene para dar una respuesta correcta, sino que actúa como un facilitador para que el grupo llegue por sí solo a la solución.
Los estudiantes no solo deben resolver problemas sino también explicar la solución al resto de la clase, para que el resto comprenda el razonamiento lógico que se encuentra detrás de la resolución. Así se exteriorizan los procesos metacognitivos.
Comentarios