Mapa de objetivos: ¿cómo hacer que tus hijos se enfoquen en lo que quieren?
Educar en persistencia y perseverancia es fundamental si queremos niños exitosos: los mapas de objetivos nos ayudan en ello
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¿Cuántas veces hemos escuchado que, para conseguir nuestros objetivos, debemos organizarnos, establecer pequeños pasos y ser disciplinados en ello? Parece fácil, ¿verdad? Sabemos que no lo es tanto y, si no lo es para nosotros, ¿cómo lo será para nuestros pequeños? Enseñar a nuestros hijos a establecer objetivos es vital si queremos verlos triunfar y ser partícipes de sus pequeños logros y, los mapas de objetivos son una buena manera de hacerlo. No solamente es una actividad divertida que podemos hacer en familia, sino que les ayuda a organizar su día a día.
¿Qué son los mapas de objetivos?
Un mapa de objetivos no es más que una representación visual de los objetivos que queremos alcanzar, delimitados por los pasos que debemos dar para llegar a ellos. Así, un mapa de objetivos infantil no es otra cosa que un dibujo esquemático y muy visual en el que los pequeños puedan anotar qué quieren conseguir y cómo deben hacerlo. Por ejemplo, un objetivo de nuestros hijos puede ser sacar buenas notas en el cole y para ello serán necesarios ciertos hábitos y rutinas como estudiar a diario, hacer los deberes y preguntar todas las dudas que tengan.
¿Cómo confeccionar un mapa de objetivos en casa?
Diseñar un mapa de objetivos en casa es bastante simple, a la vez que muy divertido: podemos hacerlo en una cartulina de cualquier tamaño o también en una pizarra infantil, lo que guste más a los pequeños de la familia. Además, podemos usar colores, rotuladores, pegatinas y todos aquellos elementos visuales que nuestros hijos quieran añadir a su mapa de objetivos. A cuanto más visual sea, más fácil será para ellos identificar y recordar los motivos que los han llevado a crear este mapa.
El objetivo principal, en el centro
Una vez tenemos todos los materiales que los niños quieren usar, ha llegado el momento de ir a por el diseño. En el centro de la cartulina, podéis dibujar un círculo grande y, en él, el niño o la niña debe escribir cuál este objetivo que quiere conseguir. Podéis darle cualquier forma a esta parte central si no os gusta el círculo: una estrella, un rombo. Cualquier forma grande, que destaque y que guste a los niños será suficiente.
Círculos menores: los pasos a seguir
Después, dibujad otros círculos, o cualquier forma que le guste al niño, alrededor del grande. En estos, el niño deberá escribir aquello que debe hacer para conseguir lo que se ha propuesto. Podéis hacer tantos como sean necesarios y podéis numerarlos en caso de que deban seguir un orden.
Decoración del mapa
Y, por último, solo os queda decorar el mapa de objetivos. Podéis usar colores, acuarelas, pegatinas y cualquier material que sea llamativo para los niños. Los que más les gusten. Sin embargo, evitad que los niños llenen mucho los círculos, ya que estos deben ser fáciles de localizar en todo momento.
Recordad que debéis dejar que sean los niños los que vayan configurando su mapa de objetivos. La idea es que sean ellos los que tomen la iniciativa y sean partícipes de todo el proceso; de lo contrario, pueden perder el interés por “cumplir su misión”.
¿Cuándo es necesario crear un mapa de objetivos?
Pese a que es una actividad que puede parecer lúdica (que lo es), el mapa de objetivos es una técnica de lo más usada a la hora de fomentar la responsabilidad del niño, así como de educarle en la perseverancia. Por ello, es un recurso muy empleado en el caso de aquellos niños que suelen tener tendencia a perder el interés por las cosas muy rápido.
También es adecuado para aquellos niños que sienten que todo les supera. Es fácil ver, en determinados niños, que el inicio de las etapas de primaria les supone un estrés. En este caso, por ejemplo, hacer un mapa de objetivos puede ser una gran idea: les ayuda a organizarse y a sentirse más seguros.
Por último, este mapa también se puede emplear con aquellos niños que sienten frustración rápidamente cuando no ven resultados al momento. Cada vez que el niño sienta que no avanza, que no tiene su premio, podremos marcarle en el mapa todo lo que ha hecho y cuán poco le queda para llegar a lo que se ha propuesto.
Un mapa para cada objetivo: fundamental
Cuando estemos realizando este mapa de objetivos con nuestro hijo es muy probable que le vayan viniendo ideas y las quiera incluir todas en el mismo diseño; sin embargo, debemos evitarlo. Si el mapa incluye demasiada información, el niño no encontrará fácilmente lo que busca cada vez que lo mire. Además, le estaremos permitiendo que se centre en varias opciones a la vez, precisamente lo que intentamos evitar.
En el caso de que el niño sea muy creativo y tenga varios objetivos en mente, podemos animarle a hacer un par de mapas con ellos. Sin embargo, para que esta técnica funcione, los niños deben centrarse en pocos objetivos: debemos hacerles entender que es mejor tener pocos objetivos e ir trabajando en ellos, que tener muchos y no saber ni por dónde empezar. De este modo, ya les estamos introduciendo en el mundo de la responsabilidad, pues deberán tomar la decisión sobre lo que quieren incluir y lo que no.
El mapa de objetivos es un recurso educativo muy empleado dada la variedad de situaciones en las que nos puede ayudar. Podemos diseñarlo de maneras muy variadas y tantos como queramos. Solo hay tres aspectos a tener muy en cuenta: que el niño participe en su confección, que lo situemos en un sitio accesible para el niño y que sea muy visual. Así, el niño identificará rápidamente la información que busque cada vez que lo visualice.
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