Mamás y papás solteros: un mundo de fortaleza, constancia y perseverancia
Las papás y mamás solteras son admirables, con un gran potencial y una fortaleza única
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Sabemos que el amor de madre todo lo puede. Y el de papá, claro está. No hay amor más intenso, puro y noble que el que sienten unos padres hacia sus hijos. Hablamos de un amor que todo lo puede, una fuente de energía inagotable que saca lo mejor de nosotros día a día. Sin embargo, hay un colectivo que requiere de una mayor fortaleza, de una gran fuerza de voluntad: las mamás y papás solteros.
Ser mamá o papá soltero: una tendencia al alza
De acuerdo con un estudio publicado en el Instituto de Estadística, el número de papás y mamás solteros empezó a crecer a gran velocidad desde 1998: cifra que no ha dejado de crecer en los últimos años.
En España, los hogares formados por padre o madre más hijos ha aumentado en un 3% durante en 2020, de acuerdo con la encuesta de población anual que lleva a cabo el INE para tener una radiografía de la sociedad actual en función de diferentes valores. Así pues, se ha concluido de que, en España, 1 de cada 4 familias es monoparental y se estima que este número seguirá al alza durante los próximos años.
Dignos de admirar: personas valiosas y resilientes
A diferencia de lo que se considera la “familia tradicional”, la familia compuesta por un solo progenitor e hijos implica mucho más trabajo: los papás y mamás deben hacer malabares cada día para llegar a todo. Y lo hacen hasta la extenuación, aunque con una fortaleza admirable.
Gran ejemplo para los hijos
La dedicación que los padres y mamás solteras ponen en la crianza de sus hijos es un gran ejemplo para los más pequeños y en varios sentidos: les muestra que, con fuerza de voluntad y ganas, todo se puede. Les aportan una visión de “querer es poder” que los peques interiorizan y les vuelven mucho más fuertes cuando se hacen mayores. Son más decididos y con un gran sentido de la “lucha por los sueños”: es decir, desarrollan la resiliencia sin casi esfuerzo por parte de los adultos.
Los niños siempre están orgullosos de sus papás y mamás, pero cuando hablamos de un solo progenitor este sentimiento es impresionante. Y decimos impresionante porque no se puede calificar de otro nombre. A medida que los niños van creciendo, se van dando cuenta de todo lo que papá o mamá soporta, de todo lo que hace. Y, con ello, se dan cuenta de todo el esfuerzo que hay detrás de su crianza, de mantener el hogar y de trabajar cada día para poder ofrecerles lo mejor.
Extra trabajo en casa: energía doble
Otro aspecto para admirar de las familias compuestas por un solo progenitor es que el trabajo de dos debe hacerlo uno solo. Está claro que, quizá, este disminuye un poco cuando hay una persona menos en casa. Pero, sinceramente, las tareas del hogar, la educación y el trabajo son tareas que cansan a todos. ¡Un progenitor soltero debe tener un extra de energía sí o sí!
Los valores: de acuerdo con los maternos o paternos
Si hay un factor determinante a la hora de escoger ser progenitor en solitario es que este puede seleccionar aquellos valores e ideales que quieren fomentar en sus hijos. Si nos paramos a pensar, por un momento, en la gran cantidad de conflictos que sale en la familia por este motivo, pronto nos daremos cuenta de por qué se considera un beneficio.
De hecho, ¿cuántas parejas han estado bien por muchos años y se acaban separando cuando tienen hijos? Para tener una familia unida es importante que ambos progenitores compartan valores. Sin embargo, al ser muy complicado, en la actualidad, encontrar este tipo de pareja, la decisión de ser padre o madre en solitario es una de las más viables para aquellos que no quieren renunciar a esta experiencia, pero que no han encontrado a la persona “adecuada” con quien compartirla.
“El lado oscuro” de ser progenitor único: no pasa nada, ellos pueden con todo
Uno de los inconvenientes, por ahora, con los que se encuentran estas familias es la aceptación. Y, hablamos de aceptación en todos los niveles de la sociedad. Por ejemplo, son muchos los progenitores que toman esta decisión sin que los suyos estén de acuerdo con ello. Y siguen luchando por su sueño. ¡Valientes!
Sin embargo, ellos no son los únicos valientes aquí: los niños también lo deben ser. Hay un pequeño lapso en el que los niños deben ser fuertes y valientes como papá y mamá. A partir del segundo ciclo de primaria y hasta el final de la primera etapa de educación secundaria, más o menos, los niños deben “pelear” contra la convencionalidad. En algunos casos, los demás niños les preguntarán sobre su familia: ¿dónde está tu papá o mamá? ¿Por qué no tienes un papá y una mamá? Estas son algunas de las preguntas y situaciones con las que los pequeños van a tener que luchar y, más, a medida que van creciendo. Por ello, estos niños también son valientes, también son un gran ejemplo para todos.
El hecho de escoger ser progenitor único tiene una gran cantidad de ventajas, no libres de esfuerzo y valentía. Sin embargo, no debemos perder de vista que los pequeños también son héroes. Y esta necesidad de superarse, de defender sus valores es algo que los convertirá en adultos exitosos: podrán dominar muchas de las “habilidades blandas” sin casi esfuerzo.
Eso no quiere decir, en ningún momento, que estas familias sean mejores o peores que las convencionales. ¡Todo lo contrario! Son modelos muy diferentes, con sus lados más y menos positivos; cada uno de ellos tiene muchísimo potencial que volcar en los niños para convertirlos en adultos íntegros, responsables y con habilidades únicas que, sin duda, les llevarán al éxito…
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