Mamá y papa, solo necesito que me habléis con amor
La importancia del lenguaje afectivo en los hijos
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El amor es el lenguaje universal donde todo el mundo se entiende. Los niños necesitan que se les hable con amor para poder sentir que son queridos, valorados y comprendidos. Cuando a un niño se le habla con amor se hace con un lenguaje afectivo que le permitirá tener una buena comunicación con sus padres desde que son bien pequeños. Por eso, es necesario trabajar en el lenguaje afectivo y en la comunicación positiva para que exista un buen vínculo entre padres e hijos, sin barreras emocionales que les distancien sin darse cuenta.
El poder del lenguaje afectivo
El lenguaje afectivo es imprescindible para trabajar la comunicación positiva. La buena comunicación con los hijos consiste en escuchar y hablar bien de forma que los niños sepan que están siendo escuchados todo el tiempo. Es una buena habilidad que hay que hacer siempre con los niños y que mejora con la práctica, además, así ellos aprenderán también a saber escuchar y a hablar.
Las palabras que se escogen para hablar con los niños son muy importantes para construir un buen vínculo entre padres e hijos. Las palabras y el tono con las que se usan son cruciales para fomentar una buena comunicación, ya que si no se usan correctamente pueden provocar una ruptura comunicativa y daño emocional.
Las palabras positivas tienen un gran poder en las personas, pero aún más en los niños ya que están en desarrollo y necesitan ese vínculo con sus padres y personas cercanas. Es necesario recordar que como padres es necesario pensar en las palabras que se dicen a los hijos antes de hablarles, porque no es lo mismo decir a los hijos cosas como: ‘Sal de aquí que me estás molestando’ o a decirle otra cosa como: ‘cariño, en cuanto acabe este trabajo jugamos juntos un ratito’. Las palabras transmiten emociones y es necesario que éstas sean positivas para que sean bien recibidas.
Las palabras que escojas para comunicarte con tus hijos impactan directamente en su cerebro y en su desarrollo, tanto es así que incluso pueden influir en la formación de su personalidad. Si les hablas siempre negativamente pensarán que no les quieres y su autoestima se verá socavada… En cambio, si le hablas desde lo positivo y la alegría, tus hijos se desarrollarán siendo más optimistas y contentos. Las palabras hirientes, los malos modos o los gritos solo incitan a ser violentos y a pasarlo mal emocionalmente.
Cómo utilizar la comunicación positiva con los hijos
El tono de voz importa
El tono de voz es tan importante como la palabras que utilizas. Las personas y en especial los niños suelen responder mejor cuando el tono de voz es agradable, en cambio si escuchan gritos o malos modos, simplemente dejan de escuchar o de responder adecuadamente. Unos trucos es que cuando hables con tus hijos pienses que es una persona desconocida, seguro que te saldrá un tono de voz más amable, o hablar con tono de humor (por ejemplo: Hijo, tienes que sacar la basura porque ella no puede caminar para tirarse sola’). Así la tensión disminuirá.
Críticas que se transforman en cumplidos
Si criticas a los niños a menudo, pueden sentir que todo lo hacen mal y esto se convertirá en baja autoestima y falta de confianza en sí mismo. En lugar de señalar solo lo que no hacen bien, es necesario señalar lo que sí hacen bien y utilizar la inspiración para animarles a hacer las cosas mejor la próxima vez.
Habla positivamente de tus hijos
A menudo, después de que un un incidente negativo ha ocurrido, los padres pueden hablarlo con la pareja o con otra persona abiertamente. Si tu hijo escucha la conversación y solo hablas de forma negativa hacia su comportamiento o incluso le etiquetas negativamente, solo estarás reforzando el mal comportamiento y también, estarás dañando su autoestima. Cuando quieras hablar de ello con tu pareja u otra persona, hazlo en positivo y delante de tu hijo habla solo de las posibles soluciones para mejorar la situación la próxima vez.
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