Madres primerizas: 7 errores que se suelen cometer
[mashshare icons=»1″]
Si eres madre primeriza es normal que cometas algunos errores… ¡no debes sentirte mal por ello! Nadie nace sabiendo ser madre. Es algo que se va aprendiendo caminando por el sendero de la maternidad. Los bebés no vienen con manual de instrucciones, por eso es bastante común equivocarse en algunas decisiones… pero siempre se tomarán pensando en el bienestar de los pequeños… Aunque no siempre acertemos.
7 errores que cometen las madres primerizas
Las madres tenemos el instinto maternal, un regalo que nos ofrece la naturaleza en cuanto damos a luz a nuestros pequeños. Confía en él porque pocas veces se equivoca. En cualquier caso, no te pierdas algunos de los errores más comunes que suelen cometer las madres primerizas (y los padres).
1. Entrar en pánico ante cualquier circunstancia
Este error es el más común en los padres primerizos. Sentir pánico por todo es normal y es que la preocupación por la salud del bebé es algo natural… así como la comida, el llanto, su comportamiento… Todo preocupa a unos padres primerizos.
Si eres uno de esos padres que se preocupa por cualquier motivo, tienes que saber que es normal, pero no puedes vivir en un estado de angustia constante. Es mejor que mantengas la calma y que lleves a tu bebé al médico con regularidad para que sepas que todo va bien y para que sea el pediatra quien pueda aclarar tus dudas e inquietudes.
2. Dudar de tu capacidad de ser madre/padre
Quizá te asalten dudas y creas que no tienes buena capacidad para ser padre o madre. Estas preguntas son normales, son tus miedos a hacer las cosas mal. Pero confía en tu instinto, busca información, pregunta lo que necesites al pediatra… Da cada día todo tu amor a tu bebé, y poco a poco te sentirás más cómodo/a en tu nuevo rol de padre o madre, ¡que durará toda la vida!
3. No entender por qué el bebé llora tanto
Todos los bebés lloran, ¡es su manera de comunicarse contigo! Quizá al principio no entiendas muy bien por qué llora tanto, ¡y es absolutamente normal! Necesitas tiempo para conocerle y que tu bebé te conozca y confíe en ti. Siempre llora con motivos solo tienes que saber por qué.
Cada vez le conocerás mejor y si algo va mal, tendrás que consultar rápidamente a tu pediatra. Los bebés lloran porque es la manera de comunicar que se les debe atender sus necesidades físicas, emocionales… Pero si llora de manera desconsolada y no sabes por qué, entonces llama a tu pediatra rápidamente.
4. Despertar al bebé para alimentarlo
¡No es necesario! A los bebés el dormir les alimenta, si tu bebé está dormido no le despiertes para alimentarlo, ¡ya comerá cuando se despierte por sí mismo! Permite que duerma todo el tiempo que requiera porque lo necesita para su buen desarrollo físico y psíquico.
5. Hacerlo todo tú
Nunca excluyas a tu pareja en el cuidado del bebé ni tampoco te cargues con todas las responsabilidades. Tanto tú como tu pareja estáis aprendiendo a ser padres y debéis repartiros las tareas. Comparte las responsabilidades del cuidado del bebé con tu pareja. De este modo, los esfuerzos compartidos reducirán la carga de trabajo y ambos podréis tener ratitos de descanso.
6. Descuidar la relación de pareja
Mucho cuidado con esto porque quizá no os dais cuenta. Hay parejas que cuando se convierten en padres se olvidan de cuidar su relación, ¡y esto no puede ser! El cuidado del bebé puede manteneros tan ocupados que os olvidéis de todo lo demás y también de la pareja (sobre todo las madres).
Es importante que os deis prioridad como pareja y aseguraros de pasar buenos ratos juntos. Puede ser cuando el bebé esté durmiendo o dejar un ratito al bebé con los suegros o tus padres para poder salir a cenar juntos en pareja, por ejemplo. Lo que importa es que se mantenga la chispa del amor y la pasión siempre encendida. ¡Para ser buenos padres hay que ser primero buena pareja!
7. Confiar en fuentes poco fiables sobre consejos para padres
Es cierto que cuando se es padre o madre primerizo, se reciben consejos por todas partes. No tienes que hacer caso a todo lo que te digan, ni tampoco rechazar todos los consejos. Es importante que sepas utilizar tu pensamiento crítico para saber qué información puede ser relevante y cuál no lo es.
Un error común es creer todo lo que dicen o lo que lees por Internet (cuando se trata de foros o grupos poco fiables). Confía solo en los expertos y si tienes problemas de algún tipo confía en los profesionales.
Comentarios