¿Madre trabajadora? Tranquila, no tienes que ser superwoman
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Las madres de hoy en día tienen el día bien organizado para llegar a todo y cuando sucede cualquier cosa que interrumpe esa organización, parece que comienza el apocalipsis y el caos. Pero esto solo te causará estrés y ansiedad, porque aunque en ocasiones no quieras admitirlo, la realidad es que no tienes poderes que te ayuden con las cosas diarias y es que no tienes que ser superwoman.
Olvidarse de las rutinas estrictas que controlan todos los aspectos de tu vida y la de tus hijos, el intentar hacerlo todo en menos de 24 horas… Basta. Las madres que trabajan deben aprender a ser flexibles y sobre todo, aprender a ser amables con ellas mismas. Si eres una madre que trabaja y sientes que a los días les faltan horas y que tu energía brilla por su ausencia, no te preocupes… Queremos darte algunos consejos para que tu vida sea más fácil y que no te tengas que sentir mal por eso.
No establezcas normas muy estrictas
Si estableces normas o rutinas muy estrictas solo conseguirás sentirte culpable, frustrada y sin poder llegar a todo. Es mejor que seas consciente y flexible sobre lo que tienes que hacer cada día en cuanto a tu trabajo y a tu vida familiar. El respeto es muy importante, pero sobre todo a ti misma. Lo ideal es que establezcas límites prácticos y viables que se adapten a las circunstancias de tu vida personal y familiar.
Algunos días es probable que trabajes muchas horas y otros que puedas quedarte en casa y disfrutar de tu vida familiar, esto es lo normal para todas las madres trabajadoras del mundo. No existe una fórmula mágica que te ayude a lograr el equilibrio perfecto entre tu vida familiar y laboral. Levántate cada mañana y haz las cosas lo mejor que puedas.
Pide ayuda si realmente lo necesitas
Por mucho que te gustaría hacerte cargo de todo, la verdad es que no se puede hacer todo por ti misma. Cuando haces un esfuerzo excesivo acabarás demasiado cansada y probablemente de mal humor, tus hijos no merecen eso. No eres superwoman… Además, solo conseguirás desmotivarte a ti misma.
Si es necesario busca ayuda con la limpieza, la lavandería, el cuidado de niños e incluso con la preparación de las comidas. Pide a un amigo o familiar con tiempo libre que te eche una mano y que te alivie la carga que tienes en casa. Si te lo puedes permitir económicamente puedes contratar a una persona que te ayude con las tareas diarias del hogar, como la limpieza, las compras o las comidas.
Disfruta del tiempo en familia
Nunca des nada por sentado, disfruta del momento con tu familia. Toma fotos, recoge recuerdos, ríe con tus hijos, establece rutinas familiares que fomenten la unión y la inclusión como por ejemplo las cenas juntos, las tardes de juegos, los fines de semana en el campo o las vacaciones con los abuelos.
Diariamente es posible sentirse tan absorta con las rutinas diarias y el trabajo que puedes olvidar de hablar con tu pareja o con tus propios hijos. Trabajar la comunicación clara con la familia cada día es fundamental para estar al tanto de sus necesidades emocionales. Incluso una reunión familiar diaria de 10 minutos es muy importante para afianzar el vínculo afectivo entre todos los miembros de una familia.
Si dejas que tu vida esté en ‘piloto automático’ solo conseguirás consecuencias negativas, no disfrutarás del tiempo de tu familia, no encontrarás tiempo para ti y lo que es peor, te alejarás emocionalmente de tu familia. No eres superwoman, eres una mujer y madre trabajadora… Y también debes disfrutar del presente y de ti misma.
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