Soy madre y mujer, no esclava de las tareas del hogar
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Hay mujeres que cuando se convierte en madres piensan que deben cumplir una serie de obligaciones en el hogar pase lo que pase. No importa si trabajan 12 horas durante el día, si por la noche no han podido descansar porque sus hijos le han despertado muchas veces o si están cansadas y no pueden más de estrés. Parece que las tareas del hogar son tan importantes que están por encima de cualquier cosa, pero nada más lejos de la realidad.
Ser madre no es sinónimo de perder tu esencia o que la felicidad se esfume de tu vida para siempre. Incluso esa libertad que creemos que no volverá nunca cuando nuestros pequeños son bebés… también es tuya y debes recuperarla. Es cierto que la maternidad te aporta muchas responsabilidades (al mismo tiempo que muchas satisfacciones), pero no tienes que ser esclava de tu casa, ni de nadie.
Parece que las mujeres debemos trabajar como si no tuviésemos hijos y criarlos como si no trabajásemos y al mismo tiempo, tener el hogar impecable y por supuesto, sin pedir ayuda… Porque significaría que eso nos hace más débiles ante la exigente sociedad en la que nos encontramos.
Eres mujer y madre, no una esclava
Es cierto que tienes la gran responsabilidad de la crianza, y eso está por encima de todo, pero no es lo único en tu vida y por eso, tienes que empezar a reflexionar desde hoy mismo. De esta manera podrás evitar caer en el peligroso síndrome burnout de las madres…
No renuncies a lo que te apasiona
No renuncies a quedar con tus amigas y a hacer lo que te gusta. Tus hijos tienen mucha prioridad en tu vida, pero si realmente quieres ser buena madre, tú debes estar antes. Debes cuidarte y buscar tiempo para ti cueste lo que cueste. Esto es fundamental para evitar problemas tan severos como los trastornos de ansiedad y depresión.
Si tienes sueños, sigue yendo a por ellos. Busca esas motivaciones que te definen como mujer y encuentra la manera de alcanzarlas. Educa a tus hijos al mismo tiempo que vives y luchas por aquello que te apasiona. Si es necesario, escribe tus prioridades en un papel para que no se te olviden. Disfruta de tus hijos cada día y si un día no te da tiempo de barrer el salón, ya lo harás mañana. Es más importante pensar en ti y disfrutar de tus hijos que tener un suelo impecable todos los días.
Ponte el oxígeno a ti primero
Hay una reflexión que dice lo siguiente: Si estás en un avión con tu hijo y hay un accidente, ¿qué ocurre si le pones todo el oxígeno a tu hijo y tú te quedas sin nada? La respuesta es evidente… Por este motivo, en esta reflexión lo que importa es que el oxígeno lo compartas con tu hijo, de esta manera los dos tendréis probabilidades de sobrevivir.
La vida es exactamente igual, tú también debes ponerte ese oxígeno para sentirte bien. También debes ser tu prioridad. Tus hijos lo serán siempre, es inevitable… eres su madre. Pero debes cuidarte y olvidar que eres una esclava de la limpieza en tu hogar.
No estamos diciendo que debas vivir en la inmundicia, pero sí que si puedes delegar esa responsabilidad a terceros mucho mejor, y sino puedes, no te sientas atada a hacer toda tu casa todos los días además de cumplir con todas tus responsabilidades diarias.
La primera prioridad eres tú, luego van tus hijos… Y después, lo demás. De esta manera te darás cuenta de que eres mujer, madre y una persona luchadora que hace lo mejor por sus hijos y por ella misma.
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