¿Eres una madre coraje?
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Cuando pensamos en el amor que sentimos por nuestros hijos, sabemos que es un amor puro e incondicional… de los amores que no se acaban nunca. Una madre coraje es aquella que se supera día a día y que ha tenido muchos obstáculos en su vida para criar a sus hijos, proteger a su familia… pero que la resiliencia forma parte de su ser.
La vida de una madre coraje no es sencilla, pero ha sido capaz de reconstruir su vida y la de su familia a pesar de haber sido dejada a un lado por la sociedad e incluso por personas cercanas que le fallaron sin ella esperarlo. A pesar de las dificultades supo renacer de sus cenizas como un Ave Fénix.
Siempre superan los obstáculos
Para una madre coraje sus hijos son su prioridad por encima de todas las cosas. Lucha cada día para brindarles la educación que necesitan y la protección necesaria para que se desarrollen como personas exitosas. Son capaces de dejar su estómago vacío para que sus pequeños lo tengan lleno… Y también llenan el corazón de sus hijos de amor, cariño, respeto y abrazos.
Son luchadoras y se superan cada día, saben lo que es seguir hacia adelante a pesar de todos los obstáculos diarios que les presenta la vida. Luchan contra las injusticias y hacen cualquier cosa para que a sus hijos no les falte de nada y sobre todo, para que crezcan felices.
Buscan cualquier forma para que sus hijos crezcan siendo adultos emocionalmente estables y que cuando dejen la infancia puedan echar la mirada hacia atrás y ser conscientes de que su madre luchó ante cualquier adversidad por y para ellos… siempre acompañados de su amor incondicional.
Siempre criando desde el amor más puro
Una madre coraje sonríe aunque los días sean grises para poder criar a sus hijos desde su amor más puro, protegiendo a sus hijos de las injusticias o la crueldad social, pero al mismo tiempo, dándoles herramientas para que sean capaces de defenderse ante el mundo siempre que sea necesario. Les educa en la resiliencia y el amor hacia la vida.
Una madre coraje encuentra su satisfacción en la sonrisa de sus hijos, en su felicidad, en ver cómo son capaces de ir logrando sus metas y sobre todo… en cuidar su vínculo emocional día tras día. Sus hijos son su fuerza, y ellos, son los encargados, sin darse cuenta, de sacar lo mejor de ella cada día.
Una mujer que se ha sanado
Una mujer que se ha sanado las heridas y que lucha diariamente por sus hijos les deja la mejor herencia posible: la fuerza y la resiliencia. Sus hijos ven diariamente como además de madre, también es mujer, hija, hermana, pareja, amiga… Pero sobre todo y ante todo: madre. Una mujer que enseña a sus hijos el valor que tienen en el mundo.
Una madre coraje no sacrifica su esencia como mujer, no renuncia a ser ella misma ni a sus metas. No anula sus propias necesidades ni tampoco transforma su persona por convertirse en madre. Solo consolida su esencia y combina su ser de mujer con el de ser madre.
A este tipo de madres no les impone una vida a sus hijos que ellos no desean, ni mucho menos. Lo que hace es darles valores y expectativas adecuadas a ellos y a sus intereses. Respeta la opinión de sus hijos y les aporta la fuerza que necesitan para seguir adelante en la vida y conseguir los objetivos que se propongan, sean cuáles sean.
Una mujer con poder
Por lo tanto, una madre coraje es una mujer con fuerza, con poder sobre ella misma. Una madre es fuente de vida y de sabiduría. Si bien es cierto que no siempre siente que tiene todas las respuestas, la realidad es que su intuición siempre la guiará en su camino.
Una madre coraje tiene una entrega infinita, y ese es el legado que le dejará a sus hijos. Fuerza, lucha, resiliencia, amor puro, abrazos y cariño sin igual… ¿Eres una madre coraje? ¡Seguro que sí que lo eres y que en tu pasado han habido otras mujeres y madres coraje que te han transmitido todos estos valores y te hacen ser la mujer que eres hoy!
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