Los límites en los niños: cuando se quieren convertir en mariposa
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Es posible que en alguna ocasión cuando has intentado poner límites a tus hijos te han dicho que no, te han preguntado por qué o te han ignorado por completo. No importa el método que utilices, es muy cansado para los padres cuando sus hijos no hacen caso de los límites y parece misión imposible limitar el comportamiento de los hijos en primer lugar. ¿Cómo se puede establecer límites de forma efectiva y conseguir que los hijos escuchen?
Los niños quieren hacer lo que se les antoje porque piensan que no es tan malo, además, todos los niños que son emocionalmente sanos pondrán a prueba tus límites, y eso no es malo. Es algo normal que los niños hacen a medida que se desarrollan, pero los límites es algo que es bueno para ellos. En muchas ocasiones los problemas surgen cuando los padres no se sienten cómodos frente a los límites que quieren imponer a sus hijos o cuando los niños no aprenden de ellos. Los niños desarrollan diferentes maneras de probar los límites que puede ser inapropiado e inaceptable.
Las familias y los límites
Los niños deben aceptar los límites, pero los padres deben permitir que los hijos desafíen los límites como prueba y de una manera saludable. Los niños siempre probarán los límites y se les debe permitir hacerlo, ellos necesitan hacerlo. No hay que detener que los niños prueben los límites, eso les ayudará en el futuro para poder convertirse en personas exitosa, pero lo que sí se debe parar es si tu hijo intenta manipular o intimidarte de alguna manera para conseguir sus fines. El secreto de los buenos límites es una relación de «ganar-ganar», donde la negociación y la flexibilidad estén presentes y los padres acepten el límite y los niños también.
Dos vías para el establecimiento de los límites
El establecimiento de límites puede tener dos caminos diferentes. En el primer camino deberíamos preguntarnos tres cosas:
- ¿Mi hijo está listo para esta responsabilidad?
- ¿Estoy listo, como padre o madre, para establecer los límites?
- ¿Necesito asesoramiento para poder hacerlo bien?
Cuando los niños se convierten en mariposa
Piensa en las preguntas del punto anterior de esta forma: las mariposas de forma natural tienden a empujar para salir del capullo, porque el capullo es el límite para la mariposa. De la misma manera, tus límites son el capullo de tu hijo. Él va a salir algún día y crecerá sin tus límites y seguirá hacia adelante. Pero es bueno asegurarte de que él empuja un poco cada vez y te va mostrando a medida que crece que está listo para tomar sus propias decisiones… que se ha convertido en mariposa.
Sólo se podrá decir si está listo o no según lo que se esfuerce para hacer las cosas bien o la cantidad de madurez que presente. Pero para que los niños pueden crecer emocionalmente y de manera funcional, los adultos tendrán que tomar riesgos y aunque estén vigilantes les deberán dar cada vez más espacio ante esos límites, como por ejemplo, empezar a dejar a los niños ir solos a la escuela cuando tengan más de diez años (teniendo en cuenta las características del trayecto y acompañando a tu hijo las primeras veces a una cierta distancia para saber que hace lo correcto para llegar a salvo).
La adolescencia y los límites
Los niños en la adolescencia, y siguiendo el ejemplo de la mariposa… ellos quieren salir del capullo demasiado deprisa, pero no están preparados. Los adolescentes a menudo comienzan a rebelarse contra los límites con más fuerza, creen que no necesitan a sus padres (aunque los necesitan más que nunca). Pero los padres no pueden encontrar la aprobación de los límites en sus hijos a estas edades, deben ser flexibles y estar dispuestos a negociar las cosas con buena comunicación y asertividad. No es necesario ser rígidos en las normas para que las cumplan, el exceso de límites no es bueno para nadie.
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